isabel muñoz caravaca 

Isabel Muñoz Caravaca

Maestra. Periodista. Ensayista.
Madrid, 1848 - Guadalajara, 1915

Isabel Muñoz Caravaca, mujer adelantada en Guadalajara  | por José Luis García de Paz  

Isabel Muñoz Caravaca fue una persona que en el periodo de finales del siglo XIX e inicios del XX (periodo denominado históricamente como "La Restauración") desarrolló una labor (pionera y poco conocida) en la provincia de Guadalajara como científica, maestra y periodista. Puede considerársele como una de las primeras mujeres que profesaron en esta provincia una ideología liberal y, posteriormente, socialista aunque no se afiliara a partido o sindicato alguno. La reseña biográfica que sigue es deudora de un breve artículo que sobre ella ha escrito D. Juan Pablo Calero Delso en las Actas de VI Congreso de Historiadores del Valle del henares (1998).
Isabel nace en Madrid el 3 de agosto de 1848, siendo sus padres Francisco y Alejandra originarios de Alcázar de San Juan y Madrid, respectivamente. Perteneciente a la burguesía ilustrada de la época, ella declararía que su infancia no había sido muy feliz. Acabó Magisterio y estudiaría posteriormente francés y música (ésta con Manuel de la Mata, del Conservatorio de Madrid).
Abandona la casa paterna al casarse el 7 de diciembre de 1874 con el matemático Ambrosio Moya de la Torre, viudo sin hijos y 26 años mayor que ella. La madre de Ambrosio, María, era natural de Jadraque. Tendrían tres hijos, todos nacidos en Madrid. Su marido daba clases en la Universidad Central y en Institutos, e Isabel compartió con él (desde dentro de la casa, claro) su afición a la ciencia y la cultura, así como sus conocimientos matemáticos. Ambrosio escribió libros de texto sobre Aritmética y Matemáticas. Junto a él, Isabel se dedicó al estudio de la Astronomía y fue miembro de la Sociedad Astronómica Francesa.
Al morir Ambrosio en enero de 1895 a los 72 años, Isabel optó a una plaza en la Escuela de Niñas de Atienza, comenzando su relación con Guadalajara. Tenía 47 años cuando se instaló en marzo con sus tres hijos en Atienza. Allí residiría hasta 1910 en que se trasladó a Guadalajara cuando su hijo menor Jorge sacó unas oposiciones de Auxiliar en la Junta Provincial de Instrucción. Jorge pertenecería al Partido Republicano Federal Alcarreño. Isabel y sus alumnos estrenarían al poco un nuevo edificio de escuelas en Atienza, que se hundiría en 1916.
Isabel no sólo daba clase a niñas, pues también dio clases a trabajadores de la villa en la Escuela Nocturna para adultos, y a jóvenes que se preparaban para el ingreso en la Escuela Normal de la ciudad de Guadalajara. Isabel opinaba que los maestros eran "los primeros obreros de la inteligencia" y que "no vine sólo aquí para enseñar a las niñas a manejar estúpidamente una aguja". No le gustó colaborar con las Asociaciones de Maestros existentes por su falta de espíritu reivindicativo, estando Isabel más cercana a la labor que entonces desempeñaban los sindicatos. Pensaba de la Enseñanza que "hay pocas cosas con las cuales se sirve a la Humanidad que exijan capacidad mayor y que más espléndida recompensa merezcan".
Isabel publicó en 1899 en Madrid unos "Principios de Aritmética" con las lecciones que impartía en Atienza a sus alumnas unidos a ejercicios, cuestiones y tablas. A principios del siglo XX publicaría también en Madrid unos "Elementos de la Teoría del Solfeo", destinado a facilitar a sus alumnos el aprendizaje de la música.
En Guadalajara no olvidaría el estudio de la Astronomía y fue la anfitriona de Camille Flammarion, presidente de la Sociedad Astronómica Francesa, cuando vino a Almazán (Soria) a observar el eclipse de agosto de 1905, pues este lugar era el que ofrecía la posibilidad de un mejor estudio del mismo. Por cierto que fue criticada su presencia en esta expedición científica en un artículo lleno de prejuicios en la revista madrileña "Gedeón" al que contestó airadamente a la semana siguiente desde "Flores y Abejas", demostrando sus conocimientos.
La actividad en que Isabel destacaría más en Guadalajara sería la periodística, tratando temas no necesariamente dirigidos al público femenino. Comenzó su andadura escribiendo sobre temas de la historia de Atienza en "Atienza Ilustrada" en 1898 y 1899 y luego sería colaboradora habitual de la publicación "Flores y Abejas" (entre 1900 y 1914, a veces con un artículo semanal). Parece posible que escribiera también bajo seudónimo en "El Republicano" (publicado entre 1902 y 1905) en la sección de "Noticias Educativas". Isabel también publicó muchos artículos en "La Alcarria Obrera", semanario de izquierdas publicado en Guadalajara de 1906 a 1911, y en "La Juventud Obrera" que empezara en 1911.
Políticamente puede considerarse que Isabel tenía simpatías por el republicanismo y el socialismo. Aunque no con ideas siempre originales, debe destacarse la anticipación de sus ideas y la profunda defensa de sus convicciones, máxime en una mujer de la sociedad de entonces. Isabel se definía como feminista y dijo que "las mujeres, iguales por naturaleza a los hombres, ni están en el mundo para dominarlos ni para ser dominadas por quienes no son ni valen más ni menos que ellas". Recordemos que eran los comienzos del siglo XX y en una ciudad de provincias con una clara mayoría de signo "conservador". Asimismo era partidaria del voto femenino y de que la mujer pudiera alcanzar la plenitud de derechos civiles y políticos.
En su defensa de la clase obrera, preconizaba la defensa de la justicia, no el ejercicio de la caridad, al contrario de otras mujeres de la burquesía de Guadalajara. Alentaba la acción social y política ("sólo me encuentro bien al lado de los que van los primeros camino de la revolución teórica"), pero no la violencia ("yo no aplaudo ningún atentado en ninguna forma"). Participó en campañas contra la pena de muerte desde 1900, así como en el alegato que lograría el indulto de los condenados por el crimen de Maranchón. Contraria a la crueldad con los animales, hizo una campaña desde su Escuela contra el rito sangriento del gallo de Jueves Lardero de Atienza, y varias críticas contra las fiestas con toros, tan presentes en la provincia.
Tuvo abundantes encontronazos con sus oponentes políticos. Ya en 1905 en Atienza el predicador jesuita Padre Cárdenas la criticó desde el púlpito predisponiendo al lugar contra ella. La prensa de "derechas" se detuvo frecuentemente publicando datos de su vida privada y familiar.
Isabel se nota enferma de cáncer en 1914 y fallece en Guadalajara en la madrugada del 28 de marzo de 1915.

Autor de esta página: J.L. García de Paz, e-mail: depaz@uam.es
Versión de 5 de Noviembre de 1999.

Otras páginas con información sobre Isabel Muñoz Caravaca:
Isabel Muñoz Caravaca, una mujer ejemplar, por Calero Delso, en formato PDF
Isabel Muñoz Caravaca (1848-1915) mujer de un siglo que no ha llegado aún, libro.
 

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