Brihuega, la roca del Tajuña

La historia

Brihuega es un lugar en el que la historia castellana habla
por cualquiera de los perfiles que dan vida y consistencia a la villa.
El eje de su evolución pasa por la consideración
de haber sido señorío de los Arzobispos de Toledo durante largos siglos.
Estos son algunos de los puntos claves
de la historia de Brihuega:

1

En el lugar que hoy ocupa Brihuega
hubo poblados ibéricos desde muchos siglos antes
de la Era cristiana. Se han encontrado restos arqueológicos
que así lo prueban: cerámicas, armas, enterramientos…

2

Fue lugar propio y estimado por los reyes árabes de Toledo.
En su altura dominante del valle del río Tajuña,
sobre la roca roja alzaron los árabes un castillo
que fue alcazaba y núcleo guerrero y vigilantes.

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Los castellanos la conquistaron en el siglo XI,
pasando a señorío de los arzobispo toledanos
por donación de Alfonso VI en 1086.
Uno de sus obispos más celebrados,
don Rodrigo Ximénez de Rada, concedió el Fuero
que permitió a Brihuega crecer, tener feria
y acoger un aumento notable de población.

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La batalla de Brihuega y la siguiente de Villaviciosa
ocurridas en diciembre de 1710,
como colofón de la Guerra de Sucesión que supuso
la llegada de los Borbones al trono de España,
supusieron destrozos y sufrimientos en Brihuega,
pero también el orgullo de haber sido gracias
a ellos que la nueva dinastía se afirmó en el trono hispano.

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Tras muchos siglos de señorío arzobispal, el siglo XVIII
vió la emancipación de la villa y su auge industrial
gracias al apoyo de los monarcas ilustrados.
La política renovada de Fernando VI y Carlos III
hizo que Brihuega tuviera una Fábrica de Paños
que durante un siglo largo la dió prosperidad y fama.

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Hoy es Brihuega un espacio definido, de progreso y tranquilidad
donde la agricultura sigue siendo principal recurso,
y el turismo está tomando el relevo en la actividad
general de los brihuegos.

El Patrimonio

En Brihuega encontrará el viajero
un sin fin de edificios, iglesias, castillo, murallas, fábrica
y entornos urbanos de gran fuerza y belleza.
Aunque merece este lugar una visita detenida,
a ser posible con una buena guía en la mano,
y con ganas de apreciar las huellas de un espléndido pasado,
su patrimonio cultural y artístico puede resumirse
en los siguientes elementos

1

El Castillo de la Peña Bermeja,
oteando el valle, es una construcción de origen árabe,
reformada por los arzobispos toledanos.
Destacan sus fuertes muros, y la gran sala-capilla
de estilo gótico en la que techumbres y ventanales
junto a borrosas pinturas mudéjares
le confieren gracia.

2

La iglesia de Santa María de la Peña
es el templo mayor de la villa.
Se trata de un edificio románico con detalles góticos,
y en sus portadas, en sus capiteles, en sus bóvedas,
se aprecian elementos medievales de gran belleza.
Es un edificio situado en el interior
del amplio albácar o patio de armas del castillo.

3

La iglesia gótica de San Felipe es otro elemento de fuerza gótica
y elegancia arquitectónica muy elevada. Sus naves
paralelas y sobre todo el ábside
le dan un aire medieval muy puro y evocador.
Además se puede ver la iglesia de San Miguel,
de estilo gótico-mudéjar, en la salida
hacia el valle del Tajuña.

4

La gran Fábrica de Paños se ofrece completa, y en ella
destaca el edificio central, la Rotonda, de planta circular,
con dos pisos en los que se secaban las lanas.
Además puede admirarse su portada clasicista
y sus maravillosos jardines versallescos,
que ahora pueden visitarse sábados y domingos.

5

La Plaza Mayor o Coso es una de las más hermosas plazas de la Alcarria.
En ella aparece el Ayuntamiento, la Cárcel antigua (hoy Biblioteca)
las fuentes dieciochescas y algunos palacios,
más un nivel de casas soportaladas.

6

Las puertas de entrada a la antigua muralla son elementos
de la arquitectura medieval militar.
Las puertas de Cozagón y de la Cadena ofrecen
siluetas de fuerza evocadora. Quedan también
importantes restos de la muralla que cercaba
y rodeaba por completo a la villa.

7

La Fuente Blanquina o de los doce caños es otro
precioso elemento patrimonial.
No debe perderse el viajero un paseo por el Prado de Santa María,
y otro por la Alameda de María Cristina.
La calle de las Armas ofrece arquitectura típica
y el palacio de los Gómez.
Además Brihuega entera respira aún el ambiente
por el que Cela escribió sus mejores líneas
en el Viaje a la Alcarria, aquí anclado en memorables páginas.

Las Fiestas

A los brihuegos les llaman los andaluces de la Alcarria.
Es porque tienen una forma de ser muy abierta,
muy alegre y festiva. Todo en Brihuega
es sonrisa y canción.
Además, a lo largo del año
tienen lugar una serie de festejos
que hacen apetecible su visita
y compartir con sus habitantes los días
del ocio y la bullanga, que es pecialmente sonora en

1

Las fiestas de Agosto son en honor de la Virgen de la Peña.
Se hacen en ella rituales religiosos de larga tradición,
tal como la Procesión de la Cera,
en la que autoridades civiles y eclesiásticas
se mezclan con el pueblo en una celebración ancestral
y llena de colorido.

2

El encierro de los toros es otro de los momentos
estelares del calendario festivo briocense.
Se celebra el encierro el día 16 de agosto por la tarde.
Tras bajarlos por las calles sueltos,
se deja a los toros escaparse al campo,
y luego todos, mozos y menos mozos,
corren a caballo, a pie o en 4×4 a buscarlos,
para traerlos al chiquero de San Felipe,
desde donde al día siguiente, el 17, se soltarán
para bajarlos ya a la plaza, donde se lidian.

3

Entre los muchos atractivos culturales y festivos de Brihuega,
destacan los festivales de música del verano
que se suelen celebrar en los jardines de la Fábrica,
así como algunos cursos de la Universidad de Alcalá.
Durante el curso son ya muy famosas las cenas o
Tertulias de El Tolmo, reuniéndose en el Asador de tal nombre
artistas y escritores, gentes famosas y populares
que comparten mesa y mantel con numerosos
aficionados y tertulianos.

La gastronomía

Si en algún sitio de la Alcarria se come bien,
-y hay muchos lugares que pueden presumir de ello-
es Brihuega la plaza donde los mejores bocados
y los más típicos platos, salados y dulces,
se dan cita. Recordemos algunos guisos
y los mejores Restaurantes.

1

El cordero y el cabrito son los elementos
más preciados de la gastronomía alcarreña.
Pero también se puede degustar el conejo en mil formas,
las perdices y codornices a la alcarreña,
el pollo a la miel de romero,
el morteruelo de caza
y esos «duelos y quebrantos»
que traen a la mesa los tiempos clásicos.

2

Las verduras de en torno al Tajuña dan pie
para componer suculentos platos y combinaciones
de inolvidable recreación palatina.
Las patatas guisadas con níscalos,
el pastel de berenjenas con colas de cangrejos,
el pisto y el bacalao a la alcarreña,
junto a la costrada de calabacines,
y tantas otras delicias de verde y marrón sustancia.

3

Los dulces son otro de los elementos tradicionales
-quizás el pasado árabe contribuye a ello-
de la tierra alcarreña y de Brihuega.
Hay que venir aquí a degustar los bizcochos borrachos,
los melindres, las monillas, los mostachones,
las cañas y canutillos, las torrijas y los hornazos,
o a beber el mostillo, la hidromiel, y el orujo
que hacen pasar mejor el alhajú de neta
raigambre arábiga.

4

Y en fin, recordar en forma de resumen,
las cimas de la gastronomía briocense:
La miel es la producción natural más característica de Brihuega,
por serlo de la Alcarria toda.
El producto de las abejas tiene ya denominación de origen en la Miel de la Alcarria, y es aquí, en Brihuega, uno de los lugares de esta comarca  en que más perfecta y sabrosa se obtiene.
La ofrecen a granel y envasada en todos los comercios de la villa.
La pastelería y los dulces, también muy típicos de la Alcarria,  se producen en Brihuega con especiales características.
Además de los bizcochos borrachos, pueden encontrarse Tortas de la Virgen,
Harinosas, Mantecados, Tortas de Chicharrones, Galletitas, Rosquillas, etc.
Pueden adquirirse, incluso en días de fiesta,  en los comercios dedicados a la alimentación.
No olvidar las legumbres y hortalizas de la vega del Tajuña,  de alta calidad por sus riegos naturales.
Y el cereal, el producto rey de la meseta alcarreña,  con el que se fabrica un pan exquisito.

Algunos libros

Si además de viajar a Brihuega, admirar su patrimonio, disfrutar en sus fiestas y salir satisfecho de su gastronomía, quieres saber cosas y más cosas de todo ello, tienes varios libros en los que buscar datos. Son estos:

Brihuega, la roca del Tajuña, escrito por Antonio Herrera. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 14, año 1995, 160 páginas, muchas ilustraciones. ISBN: 97884987743573. P.V.P. 7,80 €.

Artesanías tradicionales de Guadalajara, escrito por Eulalia Castellote Herrero. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 59, año 2006, 576 páginas, muchas ilustraciones. Especialmente sobre la elaboración de chocolate artesano en Brihuega, de gran tradición. ISBN 9788496236639. P.V.P. 25 €.

101 Propuestas Esenciales para conocer Guadalajara, de Antonio Herrera Casado y 50 autores más. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 100. Año 2016, 200 páginas, todas ilustradas y a color. Numerosos datos y propuestas para conocer Brihuega y su comarca. ISBN 9788415537977. P.V.P. 15 €.

Fuentes de Guadalajara, de Juan José Bermejo. Aache Ediciones. Colección “Tierra de Guadalajara” nº 39. Año 2002. 128 páginas, muy ilustrado. Vienen muchas fuentes de Brihuega y su comarca. ISBN 9788495179845