Carlos Santiesteban

Carlos Santiesteban

Carlos Santiesteban

Pintor alcarreño (Guadalajara, 1927 – 2015)
que ha paseado su arte por numerosos lugares de España y el mundo.

Carlos Santiesteban
por Marisa Barrios
en Revista «Castilla-La Mancha»
Toledo, Octubre 2001

Carlos Santiesteban ha recibido la Legión de Honor Franco-Británica, ha sido condecorado por el Gobierno español al mérito turístico, distinguido con la Gran Cruz de Fomento de la Unión Europea, premiado con la encomienda de oro de la hidalga cortesía española y nombrado caballero de la Real Orden de Malta. Sus cuadros han sido expuestos en el New York Center, Florencia, Nápoles o los Alcázares de Sevilla, entre otros. Una de las últimas ha tenido lugar en los jardines privados de la Fundación Puerto Banús.
Le gusta rodearse de gente guapa y famosa y asistir a grandes fiestas, aunque también disfruta estando con sus amigos en contacto con la naturaleza. Ha huido desde muy joven del provincianismo y cotilleo que da el vivir en una pequeña ciudad .Sin embargo, ha resistido y siempre ha mantenido su cuartel general en su tierra, Guadalajara.

En una céntrica calle de la capital un balcón que siempre ha llamado la atención por la abundancia y colorido de plantas y flores es el anuncio de una casa que, nada más entrar, tiene la apariencia de un museo, cuya estructura, muebles y tapices son de principios de siglo. A Santiesteban le gusta que a las visitas les llame la atención porque «es diferente» y asegura que allí se siente a gusto, rodeado de múltiples recuerdos. Subraya que «tiene personalidad» y lo cierto es que cada objeto, se nota, tiene detrás una historia.

Así, aunque suspira por ciudades como París, ha pasado temporadas en Italia y viaja a menudo a Granada, Barcelona o Lanzarote, siempre vuelve. Asegura que su raíz está en esta provincia castellano‑manchega y que eso no se puede cambiar: «Este es mi sitio, están los recuerdos de mi infancia, mis seres queridos enterrados y la calidad de vida que me ofrece no la podría encontrar en otro lugar».
No obstante, su forma de entender la vida fuera de las normas establecidas, lo bohemio de su carácter, lo distinto de su forma de vestir y comportarse, sabe que ha sido objeto de crítica en esta ciudad pequeña, sobre todo en su época de juventud: «Hoy paso».

«No he sido una persona que se haya ajustado a moldes por mi ambivalencia», afirma aunque presume de haber aprendido, con el tiempo, «a asimilarlo y llevarlo de una forma muy elegante». Además, insiste, «si hubo comentarios en algún momento fueron de personas irónicas con unas características muy vulgares».

Una calle en Sevilla

Además, ha aceptado asimismo que a nivel profesional «nadie es profeta en su tierra» y que a pesar de tener multitud de distinciones, que exhibe en una de las paredes de su casa, una de las que curiosamente más le ha costado tener, y a la que le tiene especial cariño, es la de hijo predilecto de Guadalajara.
Asimismo recuerda con especial cariño la primera medalla que le dieron con tan sólo 14 años en el Ministerio de la Marina y el nombramiento en Sevilla de una calle en el barrio de la Macarena, no en vano su antepasado el pintor José María Rodríguez de Losada era de allí. Uno de los últimos galardones recibidos por este pintor guadalajareño es el ingreso en la Imperial Orden Hispánica de Carlos V.
A Santiesteban le gusta hablar de sentimientos, sensaciones, pasio­nes …pero cambia el gesto cuando se le pregunta por el precio de sus obras e ironiza: «Si fuera orgulloso diría que no hay quién las compre». Y desvía la conversación: «Los cuadros que yo regalo suelen tener un sentimiento especial, los regalo por algo; hay cosas que el dinero no las puede pagar».

Pasión en la vida y en el arte

Reconoce que la figura materna ha sido determinante para él. De hecho, asegura que «todas las buenas cosas que hay en mi vida las aprendí de ella». Es más en su conversación aparece a menudo las referencias a ella, «me transmitió esa sobriedad de Castilla» y lo que es más importante «aunque la pintura la llevo en los ge­nes mi madre impulsó la idea que yo llevaba dentro de querer pintar».
Recuerda que «siendo huérfano de militar hubo muchas posibilidades de colocarme a trabajar en cualquier sitio pero ella le decía a todo el mundo ‘este niño lo que quiere es ser pintor»‘.
Cree y defiende firmemente que todo lo que se viva y se haga ha de hacerse, pese a las consecuencias que pueda tener, con pasión: «No sé cómo hay gente que por miedo a la vida o prejuicios se despoja de ella cuando la deberíamos llevar hasta en el aire que respiramos. Yo sin pasión por algo no podría vivir y mucho menos pintar«.
A la amistad le da un gran valor. Así, subraya que «es una necesidad como el aire y el agua; la pide el cuerpo y el alma». Además, reconoce haber tenido la suerte de «tener siempre muy buenos amigos, igual que los tengo también ahora». Confiesa que sus momentos más íntimos con las personas que están cerca de él le gusta compartirlos en contacto con la naturaleza «más que ir a una fiesta muy brillante, que también me gusta».

Otros datos sobre Carlos Santiesteban

La inicial creatividad de Santiesteban se enmarca en un tardío prerrafaelismo muy ingenuista que se expresa en grandes murales, y sobre todo en composiciones escenográficas. De ahí evoluciona a una estética surrealista y muy vanguardista, plenamente fantástica. Toma inspiración para sus composiciones de la música española de Falla y Turina, de los elementos visuales de los jardines umbrosos de Andalucía, recibiendo también influencias de Gregorio Prieto, en cuanto a sus asexuadas figuras en las que busca la esencia de la belleza, sin atender a detalles de localización temporal o física. Muy interesante es la obra mural que ha dejado en el palacio de la Diputación, en las iglesias de San Juan de Ávila y del Carmen y en el gran mural en el restaurante «Las Cuevas de El Clavín».

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