El regocijo de las musas

El regocijo de las musas

Aunque el autor es joven, esta es obra de toda una vida. Una obra que marca y sentencia, que pone al autor en un lugar inamovible en los anaqueles de las investigaciones sobre Cervantes y El Quijote. Aunque se lea solamente uno de sus capítulos (los cual puede llevar largo rato, si no varios días) el lector quedará sumido en la impresión desconcertante de que se ha sumergido en un mundo complejo y diverso, un mundo al que solo se accede a través de un estudio profundo, de una erudición sin límites. Por que al final de la lectura de esta obra, que es enorme, suculenta, entretenida y veraz, queda uno prendido del trabajo y el esfuerzo bibliográfico e investigativo de Mendoza. Es un trabajo titánico, que pretende muchas cosas, y quizás no consiga ninguna. Pero como siempre se ha dicho y todos saben: se hace camino al andar. En la vida lo importante es ponerse en marcha, discurrir por mil sitios, pensar en ellos, y desde ellos analizar, disfrutar, sonreir, y pararse, de vez en cuando, a pensar.

La tarea de Antonio Mendoza en este libro “El regocijo de las musas” es múltiple. Resumiendo muy resumido todo: analiza la vida de Cervantes una vez más, al detalle. Concluye en que Miguel de Cervantes Saavedra era de natural manchego, nacido en Alcázar de San Juan, en 1558. Y que realmente existió otro Miguel de Cervantes Saavedra nacido en Alcalá de Henares, en 1547. Pero que fue realmente el manchego el que escribió El Quijote y todo el conjunto de su obra grandiosa, de sus “Novelas Ejemplares” de sus “Trabajos de Persiles” de los versos y los entremeses…

Sea quien sea, el autor de El Quijote plasma en esa obra su vida. Es un libro autobiográfico. Y buen conocedor de su tierra, quiere que ese “lugar de la Mancha… de cuyo nombre no quiere acordarse” sea La Puebla de don Fadrique (hoy La Villa de don Fadrique, en Toledo). Entretenido y profundo, extraordinariamente trabajado (por la búsqueda documental y bibliográfica) y magníficamente explicado, el libro –aunque largo- se hace entretenido y a ratos apasionante. Hay tantos detalles curiosos y aleccionadores, que no cabrían en una mínima crítica ni siquiera señalarlos. Pero hay un par de cosas que merecen ser reseñadas. El autor opina que Dulcinea del Toboso es la idealización de Catalina de Salazar, esposa del autor, quien dejó de querer (si es que alguna vez le había querido) a Miguel de Cervantes y se enamoró de un vecino suyo, Pedro Sanz. El autor coloca a su amor perdido en El Toboso, y no por otra razón más que porque esa “gran ciudad” está situada entre medias de Miguel Esteban y Pedro Muñoz, dos pueblos manchegos que él conoce bien… Al menos, es ingenioso…

Imposible comentar todas las sorprendentes revelaciones y hallazgos que hace Mendoza en esta obra monumental. Pero sí declarar aquí el estudio que hace respecto al “cura” del Quijote, don Pero Pérez, al que hace licenciado en Cánones por la Universidad de Sigüenza, y el análisis que construye en torno a la posibilidad de que miguel de Cervantes estuviera en la ciudad del Doncel, y allí visitara la catedral, la Universidad, el castillo de los obispos y demás… el enlace viene por su maestro de primeras letras, con el que creció como escritor, López de Hoyos, y el papel de acompañante que este hace de don Diego de Espinosa, inquisidor general y presidente de los consejos más señalados, quien entre 1568 y 1572 fue Obispo de Sigüenza, y concretamente en marzo de 1569 visitó la ciudad acompañado de sus “colaboradores” entre los que (opina Mendoza) andaban Juan López de Hoyos y Miguel de Cervantes. Y –añado yo- posiblemente Luis Gálvez de Montalvo, que asistía junto a Cervantes a las clases del humanista López de Hoyos.

De aquella visita, y de la impresión que le causara el ideal caballeresco de don Martín Vázquez de Arce, lector eterno, pudiera haberle entrado en la mollera al Cervantes alcazareño la idea de crear un ser novelesco que fuera así, caballero y lector empedernido…

El libro está magníficamente editado, en tapa dura, con cientos de fotografías a color, mapas, planos, árboles genealógicos, aparato de notas y bibliografía.. una obra exhaustiva (definitiva no, porque en esto de Cervantes y el Quijote, nada puede darse como definitivo), una obra entretenida, en la que el lector que la supere en sus tremendas proporciones saldrá, sin duda, con algunas, con muchas, ideas nuevas. Y en todo caso, habrá recorrido con su autor cantidad de pueblos, de lugares y situaciones, que le habrán entretenido.

el regocijo de las musas.

Mendoza y Mendoza, Antonio: “El regocijo de las Musas. Del lugar de la Mancha al origen del Quijote y a la cuna de Cervantes”. Aache Ediciones. Guadalajara, 2016. 696 páginas, profusamente ilustradas. Encuadernación en tapa dura. ISBN 978-84-92886-84-5. PVP: 50 €.

AACHE Ediciones de Guadalajara