Leyendas alcarreñas

Aterrizamos sobre las leyendas alcarreñas: nos llega a las manos «Leyendas y tradiciones alcarreñas«, un libro de 144 páginas en el que se recogen (lo hace J.R. López de los Mozos, como editor y anotador de la obra) hasta 27 narraciones que escribió a principios del siglo XX el Cronista Provincial don Antonio Pareja Serrada. Muchas de estas leyendas alcarreñas hacen alusión a Brihuega, pero otras se refieren a personajes y lugares de la Alcarria, y hasta de Molina. Un libro entretenido, aleccionador, una referencia obligada parea saber de nuestra raíces. Nos deja penetrar en esa memoria colectiva de las tierras de Guadalajara.
En Brihuega se centran bastantes de estas tradiciones: la de las Salves del Cerco (de 1445) evocando el asalto a la villa por parte de las tropas navarras, y la defensa de los brihuegos que quedó plasmada en aquellas siete salves que siguen cantando los siete días que median entre la Trinidad y la Pascua… o la poco conocida referencia a la pelea entre Alhakem y el joven mozárabe defensor de Elima. Se añaden la historia de la participación de los tercios brihuegos en la toma de Córdoba, con su capitán Domingo Muñoz a la cabeza, y se hace alusión también al Paso Honroso de Torija en el siglo XVI.
De la Alcarria surgen memorias bien entretenidas por estas páginas. Así de Jadraque nos llegan los ecos del Regreso del Indiano, con la historia de don Juan Gutiérrez de Luna, y en “El ocaso de un astro” la definitiva pelea entre la favorita Princesa de los Ursinos, y la reina Isabel de Parma, que la expulsa directamente desde la Casa de las Cadenas, de la plaza mayor jadraqueña, a Francia… pero también nos encontramos con la historia, sencilla y emotiva, de doña Mayor Guillén de Guzmán, señora de Alcocer y cifuentes, abandonada por el rey Alfonso, o la truculenta memoria de “La Peña de don Astolfo” junto a las Entrepeñas del Tajo, y que en Sacedón le recuerdan como Don Apóstol que murió en las aguas del río cuando las llevaba. Aun cabe la memoria de la actriz “La Calderona” que encandiló al rey Felipe IV incluso cuando ella se recluyó monja entre los muros del monasterio benedictino de Valfermoso.

Ver más. Adquirirlo.