Ocho siglos de Alfonso X el Sabio

Alfonso X el Sabio nació en Toledo, hace ahora 800 años. Moriría 63 años después, en Sevilla, donde quedó enterrado, en la Capilla Real de la Catedral hispalense. Toda una vida dedicada a gobernar, a escribir, a pensar, a organizar… un monarca del que todos debemos sentirnos orgullosos.

De su larga nómina de obras firmada y atribuidas, destacan el “Fuero Real de Castilla”, el “Espéculo” las “Siete Partidas”, las “Tablas alfonsíes” la Grande e General Estoria” de España, las “Cantigas de Santa María”, el “Lapidario” dedicado al estudio de las piedras preciosas, y el “Libro de los Juegos”. Todo en ellos es fruto de la intención reglamentista del Rey, de quien se dice “El rey faze un libro non por quel él escriva con sus manos mas porque compone las razones d’él e las emienda et yegua e endereça e muestra la manera de cómo se deven fazer, e desí escrívelas qui él manda. Peró dezimos por esta razón que el rey faze el libro.”

De las diversas tareas surgidas en su reinado, cabe destacar la fundación del Honrado Concejo de la Mesta, organizando uno de los sectores más productivos de la nación, la ganadería trashumante. Las agrupaciones de pastores y ganaderos se fusionaron en la «Real sociedad de ganaderos de la Mesta«, según el privilegio de Alfonso X el Sabio, en 1273 en Gualda, aunque su denominación y reglamentación es de 1347, reinando Alfonso XI. El pueblo de Gualda, en la Alcarria de Guadalajara, puede decir con orgullo que fue el lugar en el que el rey Alfonso X firmó sus funciones.

La relación de Alfonso X con Guadalajara es larga, nutrida. Visitó la ciudad varias veces en su reinado, y anduvo por los caminos de nuestra tierra.

Sabemos que en su primera juventud tuvo amores con una muchacha del linaje de los Guzmán, de quien siempre se mantuvo enamorado. Era ella doña Mayor Guillén [de Guzmán], y hubo con ella al menos una hija, llamada Beatriz, de la que se ocupó su padre de que casara con el heredero del reino de Portugal, alcanzando a ser reina de esa nación vecina. Aunque por razones de Estado el rey Alfonso hubo de casar con Violante de Aragón, la hija del rey del vecino país, de Mayor se ocupó dándole en señorío todas las tierras de la llamada “Hoya del Infantado”, entre Cuenca y Guadalajara. Fue además señora de Palazuelos, de Alcocer, y de Cifuentes, donde dejó su generosidad en forma de conventos, mandando construir la portada de Santiago de la iglesia parroquial de Cifuentes, donde ordenó tallar al Rey en situación muy comprometida.

Por estas y algunas razones más, en Guadalajara recordamos ahora al Rey Sabio, a este Alfonso X de quien conmemoramos el octavo centenario de su nacimiento.