Pajes dolientes

Poco se ha hablado de los pajes que acompañan, en sus enterramientos, a los grandes caballeros medievales. Porque, además, son muy escasos. Pero de los pocos ejemplos que existen, varios de ellos están hoy en la provincia de Guadalajara, y aparecen dolientes y hermosos a los pies de diversos personajes conocidos y admirados. Por ejemplo, el más llamativo y fotografiado, el doncel doliente que a los pies de don Martín Vázquez de Arce se lamenta (llorando incluso) de la muerte de su joven jefe. Apoyando la cabeza en su mano, y el codo en el casco, es la imagen de la desolación, el retrato de “la pena” que tantos otros sintieron por la pérdida del joven caballero humanista.

El segundo ejemplo que vemos es el de don Íñigo López de Mendoza, primer conde de Tendilla, que por haberlo fundado fue enterrado en el monasterio de Santa Ana de su villa alcarreña, y tras la Desamortización trasladado a la iglesia de San Ginés de Guadalajara, al crucero, donde en julio de 1936 fue bárbaramente destrozado. En las fotos antiguas, se ve cómo este caballero estaba tumbado y entre las manos sostenía y un libro. El paje, a los pies, con bonete y un faldón con las armas de Mendoza, pena la muerte de su señor.

El tercero, que vemos aquí retratado, se ve perfecto y al alcance de la mano en la iglesia de San Nicolás de Guadalajara, en la segunda capilla de la derecha, en el enterramiento del caballero de la Orden de Santiago don Rodrigo de Campuzano. En decúbito supino, revestido de su armadura, apoyada la cabeza en almohadones resaltados por libros, hierático y muerto, el fin del señor es amargamente llorado y sentido por su paje.

Es curioso anotar que las tres estatuas yacentes, los tres “enterramientos artísticos” de que acabo de hablar, salieron del mismo taller de escultura, de Guadalajara, que regentaba Sebastián de Almonacid. ¿Una firma personal en el retrato de los caballeros fenecidos? ¿Una imposición mendocina? ¿Una salida común al amargor de las muertes de estos gentiles hombres? En todo caso, un detalle iconográfico que seguro estoy que tiene más connotaciones que se nos escapan.