Yebes & Valdeluz

Sobre los llanos de la primera Alcarria, volcándose hacia un estrecho vallejo que nace de ella, surge el caserío de Yebes. Fue, desde el tiempo de la reconquista, aldea de la tie­rra de Guadalajara, estando bajo la jurisdicción de esta ciudad, reconociendo por único señor al rey de Castilla. En 1648, Felipe IV vendió este lugar, junto con Valdarachas, a don Juan Esteban Imbrea, caballero (y banquero) italiano perteneciente a la Orden de Calatrava. En su familia con­tinuó, siendo en 1752 su señor don Esteban Luis Palavicino, conde de Yebes y Valdarachas, residente en Madrid. Cobraba cada año, para Navidad, la cantidad de setenta reales de vellón, en rollos de estera, y tenía la facultad de nombrar jus­ticias. Las tercias reales, sin embargo, las cobraban los de la familia de Gómez de Ciudad Real.

El caserío ofrece escasos ejemplos de arquitectura popular, teniendo una plaza interesante, con gran fuente central. Otra magnífica fuente de varios caños se abre, tallada en piedra, en la cuesta que baja hacia el valle. Su caserío ha sido remozado en los últimos años, así como su edificio concejil, construido de nueva planta en sustitución del antiguo, muy tradicional.

La iglesia parroquial, dedicada a San Bartolomé, es obra monumental del siglo XVI, con fuerte torre a poniente en la que aparece inscrita la fecha de construcción, y la autoría: “Hizo esta obra Diego de Astolano”. La puerta de ingreso, sencillamente moldurada, bajo atrio porticado, al sur. El interior se cubre de bóvedas nervadas, de gran efecto, y ofrece en la pared de fondo del presbiterio un gran retablo, recientemente restaurado, de traza renacentista, con el remate original del siglo XVII y el resto de imaginería contemporánea.

En su término municipal, en el lugar que se conoce por el castillo, y que se ubica en eminencia que sirve de quilla entre el arroyo que baja de Yebes, y el arroyo de la Vega que viene desde Alcohete, se ha localizado un importante castro de la época ibérica, poblado incluso por los romanos; y en la falda meridional del mismo, gran cantidad de cerámicas y otros restos han puesto en evidencia una necrópolis ibérica.

En término de Yebes, se encuentra un observatorio astro­nómico nacional de moderna construcción y adelantada tecnología, al que puede llegarse por asfaltado camino. Se escogió su emplazamiento en el borde de la meseta alcarreña por la limpidez atmosférica de esta zona de la provincia, que per­mite una visión especialmente clara del Universo.

Cercano al Sanatorio de Alcohete, también en su término, y a la Ciudad Valdeluz, gran nucleo residencial surgido en los llanos de la primera Alcarria, todavía se conserva el conjunto de la llamada Posición Saldón construida en 1937 con el fin de alojar al Estado Mayor del IV Cuerpo del Ejército de la República , mandado por Cipriano Mera, y que sirvió para dirigir las operaciones de defensa de la capital de España desde su parte este. La construcción, completamente subterránea, con un breve y semiescondido acceso en superficie, presenta un largo pasillo de 50 metros del que surgen una docena de salas, una de ellas reservada a enfermería, y otra a subestación eléctrica, siendo las demás lugares de reunión, mando y alojamiento.

El segundo núcleo de población de Yebes (el municipio español que más ha crecido en los últimos cinco años) es Valdeluz, una ciudad residencial situada en el alto alcarreño, a cinco minutos de la capital, Guadalajara, junto al poblado de Villaflores. Un espacio muy bien trazado, muy bien dotado, y en el que cada vez más gentes disfruta de una forma de vida moderna y relajada.

Para saberlo todo sobre Yebes, hay que leer el libro

Yebes, de los orígenes a la modernidad
de Aurelio García López
Aache Ediciones. Guadalajara, 2012. 306 páginas, numerosas ilustraciones.