El libro de García Marquina que nos ofrece la verdad sobre el viaje soñado de Cela.

Sebastián DURÓN PICAZO

Organista y compositor.
Músico. Autor de obras polifónicas, cantatas, óperas
(Brihuega, 1660-Cambo-les-Bains, 1716)

Pedro Aguilar | Sebastián Durón, músico de Brihuega | Guadalajara 2000, 9 agosto 2003

Si en algo coinciden los estudiosos que se han acercado a la obra musical de Sebastián Durón (Brihuega, 1660 – Cambo-les-Bains (Francia), 1716) es en resaltar que este músico briocense fue un adelantado a su época. De algunas de sus creaciones cuyas partituras están repartidas por medio mundo, parten la ópera y la zarzuela. Él, junto a otros coetáneos, creó e impulsó lo que se conoce tomo teatro lírico, que acabaría per­feccionándose en los libretos de ópera.
No se puede decir qué Sebastián Durón fuera el inventor de la ópera, como aseguran­ algunos investigadores entusiastas, pero sí que su música se adelantó a su época y sembró las bases de lo que luego sería el bell canto. Al menos de esa opinión es Jesús Villa Rojo, uno de los músicos más importantes de este país, briocense, como Sebastián Durón, y la persona que más está trabajando en los últimos años por recuperar la figura de su paisano para el uni­verso cultural alcarreño y español.

¿Niño prodigio?

Los musicólogos no han encontrado ningún óleo o grabado que nos permita saber cuál era el rostro de Sebastián Durón. Sí es cierto que en algunos libros se describe el cuadro que permanecía en la iglesia de Santa María de Brihuega, y que desapareció durante la guerra civil, en el que su autor plasmó al músico briocense, de una manera idealizada y probablemente inventada, a los pies de San Antonio.
Lo que sí sabemos es que Sebastián nació en Brihuega en 1660 y murió en Francia en 1716, "a pesar de que algunos historiadores insisten en cam­biar la fecha de su fallecimiento, de la que hay constancia escrita", insiste Villa Rojo, quien ase­gura que su paisano, si no fue un niño prodigio, le faltó poco, porque desde muy joven ya era maestro de Capilla en importantes catedrales españolas como la de Sevilla y Zaragoza, algo que sólo estaba reservado a los grandes maestros. Historia­dores como Soriano Fuertes y posteriormente Saldoni difundieron la anécdota de que Sebastián Durón habría estado en Viena a los 17 años y habría competido con el mismísimo Lully, hecho ante el que Villa Rojo permanece escéptico.
Pero a pesar de sus enormes cualidades profesionales, Sebas­tián Durón, al contrario que su hermano Diego que se marchó a las islas Canarias para no vol­ver, siempre quiso estar cerca de su pueblo y sólo cuatro años después de acceder a su trabajo en Sevilla, aceptó una vacante de órgano en Burgo de Osma, para no alejarse mucho de Brihuega.

Limpieza de sangre

En la vida de Durón hubo momentos económicamente difíciles que tuvieron algo que ver con el dinero que el músico debió pagar para probar su pureza de sangre. Es muy pro­bable, según aseguran los estu­diosos, que el briocense tuviera ascendientes judíos y eso le obligara, teniendo por delante una carrera brillante en la Corte y en la Iglesia, a elaborar e incluso falsificar un expediente que demostrara que era caste­llano viejo.
Sin embargo, como bien indica Villa Rojo, no se puede decir que Sebastián Durón pasase por momentos muy dra­máticos en lo relativo al dinero.
"Si accedemos al inventario de sus bienes podemos com­probar que su fortuna perso­nal fue más que suficiente para fundar y dotar una capilla en Brihuega, que lleva su nombre, y para dejar mucho dinero a los pobres, y satisfacer las necesidades económicas de sus hermanas y criado”, algo que estaba al alcance de muy pocos. En su testamento, fechado el 6 de febrero de 1715 y enviado en forma de carta a su amigo Francisco de Luzio, nombra heredera universal de sus bienes a la Virgen de la Zar­za, de su villa natal de Brihuega.

Obra universal

El trabajo riguroso que desempeñó a lo largo de su vida y la creciente fama de sus composiciones llevaron a Sebastián Durón a ocupar el lugar más prestigioso de la música española de su tiem­po como fue ocupar el pues­to de organista de la Real Capilla de Carlos II en Madrid. Desde allí dirigió los espectáculos teatrales del Buen Retiro, de Aranjuez y del Teatro Real, entre otros.
"Durante su estancia en Madrid', asegura Villa Rojo, "fue el máximo exponente de la música española; tanto religiosa como profana, cen­trada está última en las com­posiciones teatrales”.
Su villancico "Volcanes de amor", escrito en 1693, lle­gó a los últimos confines del reino. Trabajó también para algunos nobles como el con­de de Oñate o el conde de Salvatierra. A este último dedica "La guerra de los gigantes”, un panegírico de la monarquía absoluta, y la primera vez que aparece la pala­bra ópera encabezando una pieza lírica española, aunque los estudiosos aseguran que la,primera ópera en español fue "Celos aún del aire matan" de Juan Hidalgo, basada en un texto de Calde­rón, del que Sebastián Durón podría ser el autor del libreto.
Su obra musical fue aceptada por toda la socie­dad española, americana y europea,  encontrándose obras suyas, casi siempre manuscritas, en los archivos de Aránzazu, Barcelona, Cuzco (Perú), El Escorial, Granada, Madrid, México, Salamanca, Oporto, Toledo, Valencis o Valladolid, entre otros.
El declive de su influencia llegó con la muerte de Carlos Il y su posicionamiento en favor de los Austria durante la Guerra de Sucesión, lo que le llevó al destierro en Bayona, ­donde se mantuvo al servicio de la reina viuda Mariana de Neoburgo. Murió en Cambo a los 56 años y el párroco de dicha parroquia redactó un escrito en el que certificaba su muerte, tras haber recibido el Sacramento de la Extremaun­ción sin poder recibir el Viáti­co a causa de unos continuos vómitos que le acompañaron en los últimos días de su vida.

Otros datos complementarios

Nacido en Brihuega el 19 de abril de 1660 y bautizado como su hermano en la parroquia de San Juan, donde durante años permaneció su retrato junto al arco de entrada de la capilla de la Virgen de la Zarza edificada a su costa. Huérfano a los 8 años, fue Alonso Xuarez, maestro de capilla de la catedral de Cuenca, quién se encargó de su formación, lo mismo que de la de su hermano Diego.

Siguiendo la costumbre de la época, recorrió como organista varias ciudades: Zaragoza, Sevilla, Burgo de Osma y Palencia. En esta última localidad permaneció cinco años aumentando su fama, hasta el extremo de ser nombrado por Carlos II organista de la Capilla Real el 23 de Septiembre de 1691. En 1702 se hizo cargo de todas las actividades de la corte, tanto religiosas como teatrales. En 1706 Felipe V, al recobrar Madrid, mandó al exilio a Durón por haber manifestado públicamente su adhesión a la casa de Austria. Por ello se instaló en Francia, primero en Bayona y luego en Pau. En 1714 regresó a España prestando sus servicios en casas de la nobleza como en la del conde de Salvatierra y en la del duque de Osuna. En 1715 vuelve a Bayona como capellán de honor de la reina viuda Mariana de Neoburgo. Al año siguiente falleció aquejado de tuberculosis en Cambo-les-Bains. El jesuita Antonio Eximeno lo acusó injustamente de ser el responsable de la decadencia de la música española por haber introducido la moda italiana. Su producción es muy extensa, con un tratamiento diferente según sean obras religiosas con texto en latín (en su mayoría policorales y de un estilo más escolástico y contrapuntístico) u obras con texto castellano donde utiliza más la homofonía, buscando reflejar el sentido del texto. Su obra teatral es enormemente importante. Se conservan 8 títulos de los más de 10 que compuso. De estas 8 obras teatrales, solamente dos han sido transcritas y publicadas por el musicólogo español Antonio Martín Moreno: la zarzuela Salir el amor del mundo (1696) y la ópera escénica La guerra de los gigantes (1710). Es la primera vez en la historia musical española que aparece una obra con el nombre de ópera.

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ono.com - mayo 02, 2010