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Melchor LÓPEZ

Músico y compositor sacro.
Hueva (Guadalajara), 1759 - Santiago de Compostela, 1822.

Melchor López Ximénez
hijo predilecto de Hueva (Guadalajara)

por Víctor Martínez Viana
(publicado en Nueva Alcarria, 24 julio 1998)

 

Hueva (Guadalajara). Plaza Mayor con el rollo en el centro.
Rollo de la plaza mayor de Hueva (Guadalajara)

Víctor Martínez VianaNueva Alcarria  | 24/07/98   | LA VILLA DE HUEVA se siente muy orgullosa de contar entre sus hijos a uno de los mejores -autor, músico, compositor- de todos los tiempos existentes en España, que llegó a ser maestro de capilla de

una de las mejores catedrales de España, la de Santiago de Compostela, al igual que canónigo de la misma. Gracias al musicólogo López-Calo, y también a Joan Trillo, que con tanto interés están llevando a cabo el sacar a la luz pública todo lo que este hijo predilecto de nuestra villa dejó escrito a su paso por esta vida, para bien de la humanidad. Sin ellos, hoy casi no sería posible haberlo conocido.

Pues bien, se llamó Melchor López Ximénez, nació un 19 de enero del año 1759, hijo de Gregorio-Antonio López y de María Teresa Ximénez, naturales de Hueva, no pudiendo ser más de esta villa sus raíces, ya que excepto la abuela paterna, que era de Hontoba, todos sus ascendientes fueron de nuestro municipio. Se sabe que a los diez días de nacer hubo de ser urgentemente bautizado, porque perdía la vida, y aunque no se saben las causas, luego fue débil de salud toda su vida.

A los ocho o nueve años se trasladó a Madrid con un hermano de su padre, llamado Melchor López Merchante. Este tío suyo fue párroco de San Nicolás de Bari. En la actualidad existe esa parroquia en Madrid, en la calle de Atocha. Es curioso que en esta parroquia se han casado varios hijos de esta villa, sin ir más lejos el que suscribe, con una hija de Hueva.

Ingresó nuestro ilustre Melchor López Ximénez, por influencias de su tío, antes citado, en el Real Colegio de Niños Cantores de su Majestad, donde llegó a ser el colegial más antiguo, presumiendo Melchor mucho de este título, ya que lo menciona muchas veces en sus escritos. Según el archivo de Palacio, ingresó a primeros de julio de 1769 y permaneció hasta el 31 de mayo del año 1784, que salió para marcharse a Santiago de Compostela. Estudió con el famoso José Lidon y llegó a dominar la música del momento a la perfección, tanto la española como la italiana, que estaba de moda. También conoció la música de Haydn, que fue el autor más admirado de Melchor.

El día 23 de marzo de 1784 fue nombrado maestro de la capilla de Santiago de Compostela, la más prestigiosa de España en cuanto a música. Solicitó también las plazas de las capillas de Avila y El Burgo de Osma. Al aceptar la plaza de maestro de la capilla de Santiago de Compostela, el cargo llevaba consigo la dignidad de canónigo, y según los estatutos de la catedral, no podía tomar posesión del mismo sin antes presentar las pruebas de "limpieza de sangre", ante lo que tuvo que trasladarse Melchor a su villa natal de Hueva, donde se tomaron las declaraciones a los testigos. Se cree que sobre el 1 ó el 2 de abril de 1784 estuvo en Hueva.

Tomó posesión del cargo de maestro de capilla el día 18 de junio de 1784. Son pocas veces las que sale de la catedral -quizá debido al defecto físico que le quedó al nacer-, tan sólo para corregir algunos exámenes, y no siempre, ya que los corrige en la catedral y los remite por correo la censura.

Tan sólo hubo de hacer una excepción. Y por asuntos familiares. El viaje que realizó a Madrid y a Hueva en el año 1794, o sea 10 años después, con motivo de la muerte de su padre y de un tío suyo. Se cree que fuera el tío que se lo llevó a Madrid en su infancia. Para tal fin se le concedió un permiso desde el 29 de marzo al 31 de octubre del año 1794 y nunca más volvió a su Hueva natal.

Durante 38 años se dedicó y se entregó al cuidado y enseñanza de los niños del coro, así como a la composición de música y dirección de la capilla y de la orquesta. Tenía y presumía de una caligrafía bellísima y de gran elegancia.

Murió nuestro hijo predilecto en Santiago de Compostela un 19 de agosto de 1822, dejando una merecida fama no superada por ningún otro maestro de la capilla. Fue tanta su fama que cien años después de su muerte unos admiradores suyos colocaron una lápida de mármol en su sepultura. Está su cuerpo en el claustro del templo del Apóstol Santiago, patrón de España, siendo un honor y una honra para toda la villa de Hueva.

Estamos hablando de su vida, pero queremos también hablar de su obra, llena de legajos, que se conservan en perfectas condiciones en la catedral de Santiago de Compostela. Son 18 volúmenes encuadernados con 931 partituras, que son obras maestras de la música española, de 32 x 22 centímetros en formato apaisado, todas con sus originales; el volumen de las misas se encuentra en la catedral de Lugo. Hay que destacar que, de las 4.000 obras musicales de la catedral de Santiago, un total de 931 corresponden a nuestro ilustre hijo Melchor. Pero, sin lugar a dudas, su obra maestra es su Misa de Réquiem, compuesta en el año 1799. Melchor le puso un lema bien significativo «Beati mortui qui in domino moriuntur». Cuántas veces se habrá oído en las catedrales, en especial en la de Santiago. El escritor José Serrano Belinchón ha declarado que está enamorado de la música de nuestro paisano desde aquél día en que la escuchó en Radio Nacional de España, un 2 de diciembre del 96, o en la retransmisión por TVE el día 26/1/97. No es pasión de paisano el decirlo, pero hay que verla y escucharla. También tiene las siguientes publicaciones:

-Misa de Réquiem.
-La música en la catedral de Santiago (primera y segunda parte).
-Jobilato Deo.
-Oratorio del Santísimo Sacramento.
-Polifacia Sacra Galega.
-Vilancicos Galegos de la Catedral.
-Misa solemne «Annus Deus».

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