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Antonio de Miguel
Pintor
Sestao (Vizcaya) 1915 - Tórtola de Henares (Guadalajara) 2010
Pasión de
pintar
Memoria de Antonio de Miguel,
pintor de origen alcarreño
por Javier Dominguez Nuño, Tórtola de
Henares, abril 2004.
Un autorretrato de Antonio de Miguel
-En la
Escuela de Artes y Oficios de Bilbao comienza su formación por diversos
cursos decidiéndose finalmente por la pintura que fue perfeccionando de
modo autodidacta.
-En 1934 realiza su primera obra pictórica: un bodegón.
-En 1936 asiste a clases en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
-La guerra civil española fue uno de los acontecimientos que marcaron la
vida del pintor. Al finalizar ésta, en el año 1942, fija su residencia
en Madrid entrando en el mundo artístico de la época y profundizando
en su admiración por sus favoritos Velázquez , Rembrandt , Goya,
Cézanne , Van-Gogh , Pizarro, Bonnard , ...
-Comenzó su periplo extranjero en Paris en 1952 viviendo emociones
enriquecedoras para su obra. Posteriormente se trasladó a México donde
realizó varios retratos y continuando su viaje artístico por Caracas, La
Habana, Washington y Nueva York.
-Regresó a España con un amplio bagaje del arte, encontrando inéditos
registros humanos en la estética vasca, donde le afectaron en gran
medida Arteta, Barrueta, los Zubiaurre, ...
-El año 1960 marcó dos puntos importantes en su vida: Celebró su primera
exposición en la sala Goya del Círculo de Bellas Artes de Madrid y
contrajo matrimonio con Purificación Nuño Orduña, de ascendencia
tortoleña.
-La sala Arte de Bilbao (1962), la Galería Richelieu (1971) y la Galería
Decar de Bilbao (1972) celebraron sendas exposiciones del pintor que
abarca un número de dos mil obras, entre óleos y acuarelas, y que han
figurado, así mismo, en cuatro certámenes, diversas salas colectivas y
en convenciones nacionales de diverso género.
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Retrato de su madre |
Tórtola de Henares |
Tórtola de Henares |
Pinceladas de su obra y de su vida.
Antonio de Miguel ha sido definido
como uno de los mejores retratistas españoles; y no sólo referido al
estricto retrato humano, que también, sino al enorme número de las obras de
paisajes que componen su historial en los que proyecta sobre la tela
el retrato de la Naturaleza en composiciones de la ría de Bilbao, de los
pueblos de Vizcaya, de la Rioja, de Soria, de Segovia o de Guadalajara
con la facilidad de su pincel y con el conocimiento de sus modelos
paisajísticos, matiza los rincones, dentro del realismo, con su pintura de
armonía de colores equilibrados en la composición y de colores únicos y
anclados al espíritu del cuadro, al mensaje que proyecta el pintor en cada
uno, ya sea mensaje de la naturaleza o mensaje de los hombres, que lo
transforma en una “ópera prima”, como si el resto no actuase sobre la idea y
el desarrollo que el pintor quiere enfocar en cada una de sus obras. Cada
creación es ella misma y lo que el autor quiere plasmar.
En su llegada a las tierras tortoleñas le impactó el nuevo sentido de la
vida de sus gentes, con la escasez, en todos los sentidos, de los años 60
en la Castilla profunda, encontrando asimismo, nuevos matices de la luz,
vibraciones de diferente color, tono y saturación con respecto a los de sus
orígenes vascos. Antonio de Miguel maneja la luz que ve:. Los tonos azules
verdosos del mar y las colinas vascas en contraste con los matices amarillos
y rojizos de los campos y del sol alcarreño que le entusiasmó: “Cuando
llegué a estas tierras me impactó su luz”, ha comentado en ocasiones
... y le permitió perpetuarse en estas tierras tortoleñas que no
sólo le han acogido, sino que le han hecho integrarse dentro de la
comunidad, en la que Antonio “El pintor” gusta tener y participar en
tertulias, con ágape incluido, claro está y como corresponde a la tierra
pero eso sí, bajo la variante vegetariana que profesa desde sus épocas más
jóvenes, dando los mismos consejos y predicando con el ejemplo, “comme il
faux “ al igual que en sus épocas de tertulias madrileñas allá por los años
60-70, donde ofrecía su sabiduría y reprendía –cortésmente- a los carnívoros
y sobre todo a las mezclas disparatadas de alimentos que realizamos en
nuestros días.
Los retratos han acaparado su trabajo dentro y fuera de España
llegando a ser el referente de la época en capítulo retratístico allá en su
estudio de Fortuny en Madrid, definiendo los perfiles de la alta sociedad en
sus cuadros que hoy lucen en diversas colecciones y en la propia del pintor.
De Miguel, en los retratos, no sólo entra dentro de su modelo, sino que lo
hace suyo, vive con él, analiza sus connotaciones, ... Muchos han sido los
retratos, pero quizá el titulado: Mi madre (lienzo 46x38.Colección
del pintor (1952)marca una obra digna de estar en la cúspide de la pintura.
Los bodegones han sido también tratadas por De Miguel y en todos
ellos aparecen piezas de fruta; quizá el subconsciente modera e influye
sobre la paleta del pintor para que el lienzo adquiera realidades e
impresionismos con matices frutales. El cuadro Flores y frutas (1944)
da un toque de composición, de equilibrio, de transparencias, de colorido
realmente a tener en cuenta.
En una visión completa de su obra, se ve en sus cuadros de realismo e
impresionismo, en óleos y acuarelas, algo más, algo nato en su pintura,
quizá “un don”, “un embrujo” , es, como si lo definiéramos como “un
pintor que lleva dentro la pintura”, con grandes dotes para el retrato,
como el mismo reconoce, que le permitió vivir y desarrollar el resto de
matices en su basta obra y que nos lleva a una expresión de admiración
cuando contemplamos cualquiera de sus lienzos en su estudio de Tórtola.
Antonio de Miguel es hoy un hombre afable, de conversación suave, fluida
y espontánea, conservando siempre su análisis de la vida aplicado a la
sociedad, al hombre, al arte ... mostrando, así mismo, su rebeldía frente a
lo establecido, aunque también disfrutando con su familia en su magnífica
casa de Tórtola. Andarín impenitente, todavía frecuenta y observa -con ojo
de pintor- esos paisajes tortoleños que tanto le atrajeron: “ Moriré
pintando estos paisajes” , comenta este pintor figurativo por
fidelidad a sus sentimientos y formación humanista, mientras retoma de nuevo
el aire envolvente de la conversación.
Antonio de Miguel está relacionado con la provincia de
Guadalajara por varias razones. La primera de ellas, porque su padre era de
Tartanedo, y su madre de un pueblo cercano a Medinaceli. Ellos debieron
emigrar, a principios del siglo XX, a Euskadi, para trabajar de obrero en
los Altos Hornos de Vizcaya. Posteriormente, casó con una muchacha de
familia de Tórtola, por lo que mucho tiempo después, al quedar viudo este
artista, ha decidido instalarse y quedar a vivir en su casa construida en
este pueblo de la Alcarria, lo que ha supuesto que desde ella, y durante
mucho tiempo, ha viajado por todos los pueblos de la provincia, pintando sus
lazas, rincones, paisajes, entornos….
Antonio de Miguel fue un hombre lleno de vitalidad que se mantuvo fiel a su espíritu humanista. Pintó hasta avanzada edad a pesar de haber perdido parcialmente la visión y el día 1 de mayo de 2.010 fallece a los 95 años en Tórtola de Henares.
Bibliografía:
-Pintores y
escultores vascos Vol. XIV-Fascículo 133. Editorial La Gran Enciclopedia
Vasca. Bilbao.1976
-Revista Torela. Nº 7-Año 1995. páginas 16 –17, 3 fotografías. Edita
Asociación Cultural TORELA. Tórtola de Henares (Guadalajara).
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- julio 06, 2006 |