El puente de Guadalajara
Este puente guadalajareño, que está declarado monumento nacional, puede calificarse de obra antiquísima, ya levantada por los romanos para dar paso a su Vía Augusta que avanzaba desde Mérida a Zaragoza. Este libro lo estudia en toda su amplitud.
Este puente guadalajareño, que está declarado monumento nacional, puede calificarse de obra antiquísima, ya levantada por los romanos para dar paso a su Vía Augusta que avanzaba desde Mérida a Zaragoza. En el lecho del río se pusieron enormes losas talladas, que aún se conservan, y sobre ellas se construyó este puente, que ha ido sufriendo derrumbamientos por vejez, avenidas del río y guerras, pero que aún hoy conserva su aire morisco y su vetustez. La principal construcción de este monumento es árabe, de la segunda mitad del siglo X, y fue ordenado levantar por Abderramán III, para servir de acceso a lo que ya era una de las más importantes ciudades de la Marca Media. Consta de varios arcos apuntados, y en el centro del río, contra corriente, avanza un fortísimo espolón o estribo que remata en varias hiladas de sillería en degradación, y sobre él aparece un "arco ladrón" en herradura, al que llaman el ojillo para dar salida a las avenidas impetuosas. Tuvo originariamente una alta torre en el centro, y al parecer otra en el extremo opuesto a la ciudad. Mide 117 metros de largo, y se forma por siete arcos y seis pilastrones, muy fuertes y macizos los dos centrales, llevando uno de ellos un aliviadero muy característico de los puentes árabes. Se han rescatado los dos últimos en unas recientes jornadas de recuperación arqueológica.
Ficha técnica
- Autor
- Ángel Mejía Asensio
- Editorial
- Aache Ediciones
- Año
- 2024
- Páginas
- 220
- Colección
- Claves de Historia nº 16
- Tamaño
- 17 x 24 cms.
- Encuadernación
- Rústica
- Estado de conservación
- Nuevo
Referencias específicas
- isbn
- 978-84-19813-36-7