Cazadores de blanco
16,00 €
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La segunda edición, corregida y aumentada, de este clásico inicial de Isidro Martínez Sanz: los "Cazadores de blanco" en referencia a los perros de las rétalas que él entrena y dirige por los campos de la Alcarria, cazando a lo grande. Recuerdos de sus perros mejores, sobre todo de Pollina, y memorias de un trampero. Un libro con 36 capítulos que dejan sin aliento al leerlos, y que se encadenan en emociones y aparato espectacular. El trato con los podencos, los mastines, los zorros y los jabalíes componen un retablo de belleza alzada. El prólogo lo pone José María Pons Muñoz, y el entretenimiento y la emoción la aporta el autor.
La segunda edición, corregida y aumentada, de este clásico inicial de Isidro Martínez Sanz: los "Cazadores de blanco" en referencia a los perros de las rétalas que él entrena y dirige por los campos de la Alcarria, cazando a lo grande. Recuerdos de sus perros mejores, sobre todo de Pollina, y memorias de un trampero. Un libro con 36 capítulos que dejan sin aliento al leerlos, y que se encadenan en emociones y aparato espectacular. El trato con los podencos, los mastines, los zorros y los jabalíes componen un retablo de belleza alzada. El prólogo lo pone José María Pons Muñoz, y el entretenimiento y la emoción la aporta el autor.
IM03
Ficha técnica
- Autor
- Isidro Martínez Sanz
- Editorial
- Aache Ediciones
- Año
- 2024
- Páginas
- 230
- Tamaño
- 17 x 24 cms.
- Encuadernación
- Rústica
- Estado de conservación
- Nuevo
Referencias específicas
- isbn
- 9788419813398
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La segunda edición, corregida y aumentada, de este clásico inicial de Isidro Martínez Sanz: los "Cazadores de blanco" en referencia a los perros de las rétalas que él entrena y dirige por los campos de la Alcarria, cazando a lo grande. Recuerdos de sus perros mejores, sobre todo de Pollina, y memorias de un trampero. Un libro con 36 capítulos que dejan sin aliento al leerlos, y que se encadenan en emociones y aparato espectacular. El trato con los podencos, los mastines, los zorros y los jabalíes componen un retablo de belleza alzada. El prólogo lo pone José María Pons Muñoz, y el entretenimiento y la emoción la aporta el autor.