Aplausos para Alvarez Ruiz
Conocí a su tío, Paco Ruiz, el librero/montañero/naturalista que dio un empujón a la literatura de viajes, en Madrid, manteniendo en pujanza durante muchos años la mítica “Tienda Verde” de la Calle Maudes. Paco, con quien tantas caminatas me dí por la tierra de Guadalajara, fue con Perdices, Amador, Marina, Herranz, de Juan-García, Camarasa y otros cuantos, uno de los fundadores del Club Alcarreño de Montaña, que acaba de cumplir, sin pena ni gloria, los 50 años de existencia.
Paco Ruiz se casó con una peruana y se fue a vivir al antiguo virreinato, feliz subiendo cada día las trochas de los Andes. Supo entender muy bien el lío este que es la vida. Alberto Álvarez Ruiz, hijo de la hermana de Paco, se movió mucho tiempo por Madrid pero al final se ha ido a Asturias, y allí ha montado una editorial (Calecha se llama, que quiere decir “camino”, en bable, o en asturiano) en la que está poniendo negro sobre blanco (pero con muchos colores) todo lo que él conoce de caminos, sendas y vados: una editorial de libros de viajes y rutas, a pie, sencillas, que animan a cualquiera a practicar el mejor turismo que puede darse, el de conocer la tierra en la que vives con el método más sencillo que se conoce: andar, un paso tras otro, por los caminos.
De sus mil viajes por la tierra que nos acoge, ha compuesto un libro que titula “Guadalajara, 45 rutas a pie”, con 424 páginas, totalmente ilustradas a color, con planos, indicaciones, recorridos, notas de utilidad… bueno, me ha dejado asombrado el tal libro, y no me retraso un minuto en venir a aplaudirle. Yo ya me he hecho con uno, y espero ansioso el buen tiempo para salir, con estas “45 rutas” en la mano, a conocer más en detalle mi tierra. Que él califica (como tantos otros lo han hecho) la más desconocida y una de las más hermosas, de toda España. Seguro que la provincia que cuenta con más barrancos para asombrarnos.
Un último detalle se me ocurre, al hilo de este aplauso: el hecho evidente de que el turismo, la Naturaleza, la cultura, el patrimonio, y todas estas cosas que a muchos nos mueven y conmueven, está en manos de particulares. Que los organismos públicos (ayuntamientos, diputaciones provinciales, juntas de comunidades y otros etcéteras) a pesar de contar con presupuestos millonarios, lo dejan todo en manos del destino, que suele ser azaroso, y de unos cuantos políticos y funcionarios que están a otras cosas. Así, como acaba de hacerlo Alberto Álvarez Ruiz, es como se promociona una tierra: pateándola a modo, escribiendo de ella, publicando un libro, tratando de venderlo, y haciendo muchos adeptos. Porque quien se lanza al camino, en Guadalajara, no lo dejará ya nunca.