III Centenario de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara

Tercer Centenario de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara

Tercer Centenario de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara

Se cumplen ahora los tres siglos justos desde que el rey Felipe V, de la dinastía Borbón, fundara y diera un impulso extraordinario a la que sería primera gran fábrica real de paños de la nación.

Por diversas circunstancias se llegó a esta situación, que la ciudad vivió como un gran alivio a las penurias que se habían instalado en ella, tras la marcha de los Mendoza a la Corte en el siglo XVII y los desastres de la Guerra de Sucesión en los inicios del XVIII, que dejaron a la ciudad y comarca prácticamente en ruinas y sin medios de subsistencia. Por su apoyo a la causa borbónica, por estar en el centro de la Península, por contar con abundante materia prima, y por haber sido (el palacio del Infantado) sede de la boda del nuevo rey Felipe con Isabel de Farnesio, la voluntad real se fijó en Guadalajara para poner en marcha una industria que fabricara la práctica totalidad de paño del país, poniendo a su frente al barón Juan Guillermo de Riperdá, quien trajo multitud de obreros, la mayoría especializados, de los Países Bajos (de entonces es la llegada a nuestra ciudad de las familias Fluiters, Vandelmer, German, entre otras).

El movimiento de esta fábrica fue impresionante desde el primer momento: la ciudad creció, en habitantes, en edificios, en economía y buen pasar. Se crearon a mediados de siglo otras dos fábricas de paños (San Fernando junto al Jarama, y Brihuega junto al Tajuña) para que aportaran trabajadores a la gran producción de la capital. La fábrica se instaló en los edificios que habían constituido los palacios de los marqueses de Montesclaros, frente al palacio de los duques del Infantado, rematando por el norte la plaza que se formaba ante dicho palacio. Se tuvo que ampliar con materiales sacados del ruinoso Alcázar, en el que luego hubo de ponerse una serie de anejas construcciones para dar cabida a la producción.

A mediados del siglo XVIII, cuando era controlada por las arcas eales, tomó el nombre de Real Fábrica de Sarguetas de San Carlos, y poco después, en 1757, los Cinco Gremios Mayores de Madrid pasaron a controlarla durante diez años mediante contrato con la monarquía. Dicen los cronistas de aquellos tiempos que “la prosperidad se instaló en la ciudad: se construyeron más casas y sus habitantes gozaron de una mejor calidad de vida disfrutando de buenos trajes y calzado. Viéndose que entre ellos había un evidente aire de satisfacción. Desaparecieron por completo los ociosos, pobres y vagabundos, que antes abundaban, y en definitiva la fábrica llegó a dar trabajo a más de un millar de personas en un principio, llegando en unos años a casi cinco mil. Esta breve historia del inicio de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara viene a reafirmar esa idea que para algunos es obvia, a nada que se analice el paso de los siglos sobre ella, de que Guadalajara es ciudad que anda a trompicones, tan pronoto crece y todo se kllena de alegría, como se para y mengua, se destruye y atasca…

En 1767 tomó de nuevo el propio Estado borbónico la dirección y administración de la Fábrica. De nuevo aumentó la producción, y todo fueron sonrisas, estadísticas al alza, y un buen nivel de vida. Hasta que llegó 1808, y en él los comienzos de la gran guerra contra los franceses, la Guerra de la Independencia. En ese año fue saqueada por los galos, y cerró definitivamente sus puertas en 1822, quedando todo el mundo en paro y la fábrica en progresivo deterioro, hasta que en 1833 el Estado ayudó de nuevo a Guadalajara con la creación, y construcción sobre las antiguas ruinas de la Fábrica, de la Academia Militar del Arma de Ingenieros, que fue rehecha, sede de grandes figuras de la ciencia y la milicia, motor del nacimiento de la aerostación, y finalmente le tocó ver como, en 1924, la malaventura se cebaba en ella por el incendio fortuito del edificio entero.

Sede de Archivos militares y del Colegio de las Cristinas, hoy el lugar en el que sucesivamente se elevaron los palacios de los Montesclaros, la Real Fábrica de Paños y la Academia General de Ingenieros es un solar frente al palacio del Infantado en el que (se lleva años hablando de ellos) va a establecerse parte de la Universidad de Alcalá de Henares, como centro de enseñanza superior, recuperándose el espacio, en vivo, para la ciudad.

Ver más detalles en https://enwada.es/wiki/Real_Fábrica_de_Paños:_1822

Más datos sobre la Fábrica de Paños de Guadalajara pueden encontrarse en la gran Historia General de la ciudad de Guadalajara escrita por Antonio Ortiz y publicada por AACHE. Ver aquí.

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