Un aplauso para Cortázar

Desde aquí lanzo un fuerte aplauso al escritor Fernando García de Cortázar, de quien estoy leyendo ahora mismo un gran libro, el último de sus productos, el más elaborado y espléndido, quizás: “Viaje al corazón de España”.

Y le lanzo un aplauso como alcarreño, agradecido. Porque en esta monumental biografía de España, en esta crónica grandiosa de nuestro país, le dedica una docena larga de páginas de Guadalajara, a la ciudad y a su provincia. Es difícil (lo reconozco, lo sé por experiencia) meter en una docena de páginas las referencias que a un lector recién llegado se le pueden dar para que tenga una idea cabal, aunque abreviada, de la provincia de Guadalajara. Pero Cortázar lo hace, como lo hace con el otro medio centenar de provincias españolas.

A Guadalajara le lleva de la mano la crónica (aplaudida/denigrada) de Camilo José Cela sobre su “Viaje a la Alcarria” en la posguerra. Él toma de ella los elementos que arroban al lector, sus descripciones paisajísticas y urbanas, su visión de una tierra pobre (entonces) lejana y silenciosa. Se maravilla ante Pastrana y evoca en brevedad la historia personal de Ana de Mendoza y de La Cerda, para seguir por la Alcarria hacia Zorita de los Canes (donde, sin duda, no ha pisado) y luego a Brihuega, alcanzando después Atienza y acabando en Sigüenza, a la que dedica unos párrafos memorables, especialmente al doncel Martín Vázquez de Arce, de quien dice que solamente quienes carezcan de juicio y sensibilidad (y, por desgracia, hay muchos, y muchas) son incapaces de quedarse conmovidos ante aquella estatua, única en el mundo.

También a Guadalajara ciudad le dedica algunas páginas, a su palacio del Infantado, ante el que se maravilla, y del que piensa que sigue siendo un lugar eje de cultura con su Museo, su Archivo y su Biblioteca… (a lo mejor es que pasó ante él en época de cierre, de las que ha tenido varias) pero que le sirve para la evocación y reflexión de aquella época, el primer cuarto del siglo XVI, en que fue sede de academia, lugar de movidas religiosas y espirituales, centro de iluminados y sede de poetas, de novelistas, de pintores y guerreros.

 

Garcia de Cortazar

 

Lleva un interesante bloque de ilustraciones de Diego Lara y Ricardo Sánchez, en las que nos muestra, primero, a la Princesa de Éboli, y luego la fachada del palacio del Infantado, el Doncel de Sigüenza, el arco de Arrebatacapas de Atienza, y el ventanal de la Hora del palacio de Pastrana.

Escribe muy bien García de Cortázar. En su “Viaje al corazón de España” retrata con profundidad y sobre todo con belleza las provincias, las ciudades, los pueblos españoles. Se convierte, sabiamente, en un libro básico para saber de nuestra tierra. Y trae (por eso le dedico estas breves líneas) y lleva, por todo lo alto, a nuestra tierra de Guadalajara, a la que (salvo un par de errores ocasionados por las prisas) pone donde se debe, y lo hace con galanura, elegancia y cariño. Por eso este aplauso.