Doña Mayor Guillén de Guzmán regresa a Alcocer
Va siendo actualidad un nombre que tuvo su momento estelar, y vital, en el siglo XIII. Doña Mayor Guillén, de los Guzmán de toda la vida, alcanzó la gracia de ser una de las concubinas y amantes de juventud de Alfonso X, el Sabio. Del rey tuvo una hija, doña Beatriz, que alcanzaría luego a ser reina de Portugal. Y del monarca alcanzó un bien para ella muy preciado, el señorío del Infantado de Huete, en el que fueron anexados diversos pueblos señeros de la Alcarria, como Alcocer, Cifuentes, Viana y Palazuelos. Con apoyo del rey, doña Mayor fundó un monasterio de monjas clarisas en las afueras de Alcocer. Monasterio que un siglo después fue trasladado al interior de la villa, y hasta hoy mismo ha llegado su silueta. Ahora vuelve a ser actualidad doña Mayor, y enseguida veremos por qué…
En el año 2022 se cumplen exactamente los ocho siglos del nacimiento en Toledo del gran Alfonso, uno de los monarcas más ilustres que ha tenido Castilla. Por su aniversario, se ha creado una red de pueblos y ciudades que tuvieron que ver con el monarca. En la provincia de Guadalajara ese relieve le ha tocado a Alcocer, donde se disponen a celebrar el aniversario por todo lo alto.
En principio, se ha conseguido llevar a buen término un hecho relevante y esperado. Por parte del Ayuntamiento de la villa se ha encargado a Anancos, una empresa ciudadrealeña especializada en reproducción de obras de arte, la clonación sobre resina sintética de tipo epoxi la escultura que cubrió durante siglos el enterramiento de la fundadora y señora, doña Mayor Guillén. La pericia de Michel Caballero y su equipo de reconstructores ha conseguido el milagro de devolvernos en relieve y aspecto de su primitivo nogal a la yacente figura de la señora monjil y enamorada. En pocos días se va a inaugurar su presencia como figura central de un Museo que en la iglesia parroquial de Alcocer recuerde el paso de Alfonso X el Sabio por la provincia de Guadalajara. El dinamismo de su alcalde, Borja Castro, ha conseguido hacer realidad este viejo sueño, que bien podría ser el inicio de un camino que deberían seguir otros pueblos e instituciones, el del rescate de piezas de arte que el tiempo malo y las guerras tontas se llevaron por delante.
La estatua de doña Mayor, una joya del arte románico, tallada sobre madera de nogal y luego policromada, por el artista burgalés Juan González, hacia 1275, cubrió los restos de la fundadora en la nace mayor del templo de Santa Clara de Alcocer. Durante siglos las monjas rezaron y la recordaron, y exactamente en 1936 la estatua desapareció, sin que hasta ahora se haya encontrado la huella de su camino. Pero la iniciativa del Ayuntamiento alcocereño ha conseguido devolvérnosla. El 30 de julio, en la “catedral de la Alcarria”, tendremos la fortuna de verla de nuevo, rehecha de forma fotográfica, redimensionada y palpitante. Este es el camino para conseguir que nuestro patrimonio no se pierda del todo y para siempre: estudiarlo, valorarlo, y en caso como este de Alcocer, rehacerlo para que nuestros ojos puedan volver a verlo