Renacimiento en Guadalajara

¿Qué es el Renacimiento?

Aunque renacer, según el diccionario, es la acción de volver a nacer un ser vivo que había muerto (lo cual es imposible, por lo menos a día de hoy) la palabra “Renacimiento” tiene un sentido metafórico y mucho más amplio. Rico en matices, viene a definir un movimiento cultural, que tuvo lugar en su origen en la Europa del siglo XIV, por el que se daba otra vez importancia a los elementos de la cultura clásica, precristiana, que habían sido borrados de la memoria popular a lo largo de una lenta y oscura Edad Media de sentido únicamente teocéntrico.

Ese movimiento cultural no solo abría las puertas a la lectura de la poesía y el teatro clásico, a la filosofía griega, sino que recuperaba los modos artísticos de la Antigüedad, tanto en sus volumetrías y detalles decorativos, sino en la esencia de la representación de las cosas, en el naturalismo cierto, posible y emocionante, frente al hieratismo medieval, que solo buscaba la impresión y la simbología, sin ocuparse de las formas.

El Renacimiento es, además, un momento en el que los hombres recuperan la seguridad de su importancia como seres vivos, de su capacidad de hacer cosas que cambien y mejoren el mundo en que viven. Y dicen, finalmente, y es eso lo que está en el cimiento del Renacimiento, que “el hombre es la medida de todas las cosas” y que el ser humano tiene una capacidad incontestable de abrir caminos, de crear teorías, de conocer su entorno, y de dar las pautas del desarrollo, frente a una idea teocéntrica, sobrepasada en ese momento, que solo fía en Dios la evolución del mundo y sus habitantes.

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El Renacimiento en Guadalajara

El Renacimiento es un periodo esencial de la Humanidad. Nos gustaría vivir siempre en esa época, en ese renacer continuo, en esa sorpresa cotidiana. Investigación, análisis, medida, equilibrio, belleza, mejoras en la vida y en las relaciones de los seres humanos… el Renacimiento tuvo en Guadalajara un notable desarrollo. Llegó más tarde que en Italia, pero se desarrolló pletórico y dio un giro total al Medievo largo. En nuestra tierra llegan las nuevas ideas a mediado del siglo XV, y son las clases dirigentes, los curiosos pudientes, quienes se informan, leen, charlan y proyectan.

Desde la época de don Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, en su palacio de Guadalajara, hasta aproximadamente un siglo después, la fuerza del Renacimiento se desborda por las ciudades, villas y aldeas de nuestra tierra. Se escribe literatura novedosa, se esbozan ideas desarrollistas, se construye a lo grande (palacios, fuentes, iglesias, arquitectura efímera) y se pinta, se talla, se modela, se teje, se cincela…

La fuerza del Renacimiento es enorme en Guadalajara. De todo ello habla el profesor Herrera Casado en su libro sobre el tema, que debe ser considerado como un texto capital, definitivo, que debería ser leído por todo aquel que tenga curiosidad por saber cómo se fraguó este “renacer” entre nosotros, y las huellas que de ese escalofrío han quedado en pie todavía.

La obra se titula “El Renacimiento en Guadalajara” y está estructurada del siguiente modo:

1 – El Renacimiento y la recuperación del papel del Hombre, desde presupuestos históricos, filosóficos y artísticos.

2 – Los protagonistas

3 – Justas y Batallas

4 – Letras y Libros

5 – El arte construido

6 – El arte desarrollado: pinturas, esculturas, orfebrerías, telas, picotas…

Puedes querer saber más sobre este tema y libro, y entrando aquí lo consigues.

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