Un buen dibujante, Angel Malo
Además es simpático, cercano, explicativo. Angel Malo Ocaña lleva ya muchos años dibujando a Guadalajara: se coloca delante de un espacio de la ciudad, y lo recrea al milímetro, dándole nueva vida. Le conocí cuando hacía dibujos a lapicero sobre paisajes de la provincia. Luego ha seguido, y finalmente ha ido depurando sus técnicas. Es autodidacta, pero sabe muy bien por donde anda, porque es exigente consigo Mismo. Yo diría que es un representante de lo mejor de la sociedad actual: que se apaña con lo que hay (que es poco) pero que emplea todos sus minutos en ser feliz, en estar entretenido, en no molestar a nadie, y en hacer cosas bellas, que le gusten a los demás, y que hasta puedan quedarse a vivir en la posteridad.
Estos días, hasta el 6 de noviembre, tiene abierta exposición en la Sala de Usos Múltiples del Centro Cultural San José, el gran edificio de Diputación en la calle Atienza. Por las tardes de los días laborables se puede visitar. Yo ya he ido tres veces, y siempre me encuentro con amigos que se quedan admirados. Es un ejercicio de ciudadanía abierta, como ahora se dice, o de sociabilidad integral. Etcétera. Es Malo Ocaña una buena persona a la que aplaudir por lo que hace. Y además nos deja disfrutar, gratis, de su trabajo. Lo que no de todos puede decirse.
(Por cierto, tiene vendidos todos los dibujos expuestos. Por algo será).