En los zapatos del que anda

Esta novela cuenta la historia de Amadeo, suboficial mayor que se acaba de retirar, y de Felicidad, su mujer. Amadeo ha tenido una vida muy ajetreada, y eso no le permitía hacer todas las cosas que él quería con Felicidad. Para acordarse de todo lo que dejaba por el camino, o para ayudarle a superar los momentos difíciles, Amadeo escribía en una lista, todas las cosas que no podía hacer y que dejaba para cuando la jubilación, con todo el tiempo del mundo, le permitiese recuperar sus anhelos pendientes.

Amadeo no contaba con que en su lista no había ni una sola línea donde Felicidad tuviese un deseo que cumplir, y no podía obligarla a ir detrás suya recuperando sus viejas deudas con el tiempo. También se dará cuenta de que hay cosas que si no las haces cuando toca, ya no se pueden recuperar. La vida te trae piedras donde tropezar, y pandemias que se empeñan en dificultar tus ilusiones. Su paso por ese tiempo de pandemia le abrirá los ojos a lo que tiene delante.

Esta novela termina haciendo el camino de Santiago, una de sus deudas con el tiempo, el recorrido y las personas que se encuentra en el camino le dan una lección que no olvidará nunca.

Desde un primer momento, la trama engancha al lector y consigue que empatice con la situación y las vivencias de los protagonistas.

Guillermo José Malo Herrera nace en Madrid en 1961, estudia en las Escuelas Pías de Aluche y hace formación profesional en el Instituto Virgen de la Paloma en la calle Francos Rodríguez de Madrid por consejo de su padre, pero lo que realmente quería era ser militar y se va voluntario al ejército y aprueba para la academia de suboficiales en el año 1981, saliendo de sargento en 1984. Durante su carrera pasa por unidades como la División Acorazada, la Brigada Paracaidista durante once años, que será la unidad que le convierte en el militar que finalmente será. Pasó también por el Ministerio de Defensa y finalmente forma parte del núcleo de constitución de la Unidad Militar de Emergencias, donde finalizaría sus días como el suboficial mayor del Cuartel General de esa gran unidad.

Al retirarse, siente que lo mejor que puede hacer es contar historias, con un pequeño fondo de su experiencia y dejando que su imaginación cree situaciones donde poder enseñar las lecciones que le ha dado la vida, sin dejar de entretener y proponer dilemas morales y situaciones que pueden suceder a cualquiera.