Viaje al Valle de la Huerta de la Limpia
El día de invierno, típicamente anticiclónico, con helada al amanecer, y buen sol a todas horas, invitaba a salir al campo. En Guadalajara lo tenemos muy fácil. Desde la explanada del Centro Comercial Ferial Plaza se abren varios caminos que pueden recorrerse sin prisa y sin trabas. A veces he ido a los Mandambriles, otra a la Huerta de la Limpia. Hoy he seguido el trazo del camino que baja hacia el río Henares. Siguiendo el cauce, progresivamente ahondado, del arroyo de la Huerta de la Limpia.
Y me he ido asombrando de lo que veía. Es practicar el senderismo por paisajes absolutamente limpios, de aire diáfano, sonando cerca los pájaros, y muy altos y lejanos los aviones. Motores no se oyen, y de vez en cuando cruzo el saludo con algún corredor, alguien que lleva a su perro de paseo, o simplemente caminantes como yo.
Se baja siempre, hasta llegar al río. De vez en cuando se oyen voces, o ladridos, en casetas que alguien pone junto a sus huertos. Se atraviesa una chopera salvaje, y tras ella se avista una casa misteriosa. Llego hasta las ruinas del tejar que fue de las Coronillas, y allí me doy la vuelta. Me asombro de ver esta tranquilidad, a media hora andando del paseo de las Cruces. Y me confieso sinceramente: era la primera vez que andaba este camino, tras 75 años viviendo en Guadalajara. Lo he visto con ojos sorprendidos, de novato. Y he sacado la conclusión de que cada día la vida nos tiene reservada una sorpresa. Amable además. Solo hay que plantearse ir a encontrarla.
[A la vuelta, subiendo, más despacio, he pensado lo fantástico que sería hacer en este entorno un parque ciudadano, un espacio enorme, cuidado, con pocos gastos, donde la gente iría a pasear, a disfrutar del sol, a respirar aire limpio. Pero la ciudad tiene ahora otras prioridades, y no es custión de ir pidiendo cosas raras. Es más, Guadalajara, que es una de las ciudades con más historia de Castilla, y todavía no tiene un Museo de Historia de la Ciudad… ¡como para pedir que hagan un parque en sus alrededores!
