5 Paseos a pie por los caminos de Guadalajara 5

5 Paseos a pie por Caminos de Guadalajara 5

Pasear por el campo, con el anclaje de un coche cerca, y el camino despejado hasta un destino claro, y concreto, es algo que puede hacerse con frecuencia, descubriendo paisajes nuevos, mensaje latientes de la naturaleza, y apariciones finales que alimentan.

La andadura no debe llevar más de tres horas, ida y vuelta, y conviene que se haga por trochas claras (nada de emocionantes travesías por el monte crudo). El paso alegre, sin pausas, y los ojos abiertos.

Con las paradas y reposos adecuados, no más de 10 Kms., por la mañana, para volver a comer.

ROMANCOS

En plena Alcarria, a las orillas del Tajuña, Romancos parece esconderse entre cerros, aunque en el corazón le crecen plazas y torres, y en los bordes le asoman fuentes y ermitas.
Pasado el eje del pueblo, se sigue el camino junto a la fuente de la Ribera y se adentra uno por espesos bosques de encinas, entre praderas, y quejigares, junto al arroyo de la Fuente del Espino, ascendiendo muy poco a poco. Este es el camino que llaman de Pajares, y que a través de los espesos bosquedales del Tajuña medio nos lleva a nuestro destino.
Al final se llega a la meseta abierta, tierra de panes, y en el límite del horizonte los caseríos de la Finca “Montefrío”, una auténtica alquería castellana. Luego la vuelta.

Los quejigares de Romancos

ALUSTANTE

Se sale de Alustante por la carretera que va a Alcoroches, y enseguida vemos a la derecha, en leve otero, el gran molino de viento, recientemente restaurado. Por delante, campos de cereal, y en los costados, poco a poco elevándose, sierras cubiertas de encina y roble. A la izquierda la Sierra, a la derecha la Serratilla.

El molino de agua, que encontramos en nuestro camino, es realmente curioso. Tuvo mucho movimiento en siglos pasados. Aunque está en ruinas, se le ve completo y animoso.

La ermita de la Virgen de Cirujeda está completamente restaurada, y era un alto obligado en el camino. Su titular está representada en una talla de estilo románico en la iglesia parroquial de Alustante.

Después el camino se lanza hacia el sur, hacia los Hontanares, un refugio de la Naturaleza con bosquecillos de roble y algunos manantiales, fresco en el verano, acogedor y hermoso. Desde allí nos volvemos al pueblo.

La ermita de la Virgen de Cirujeda en Alustante
La ermita de la Virgen de Cirujeda en Alustante

POZANCOS

Desde Sigüenza se llega en diez minutos a Palazuelos. Muralla y castillo, fuente y picota, lo dejamos para otro momento. Ahora se trata de andar. Así es que el coche lo dejamos en la plaza, y partimos a pie, atravesando el arco de la Villa y dejando a nuestra izquierda el viejo humilladero.

Se cruza el arroyo Vadillo, que es el eje de este gran valle alto, y enseguida llegamos al cruce de la carretera CM-110, que atravesamos, y seguimos en dirección a Pozancos. Empieza la cuesta, leve, con alturas rocosas que nos surgen a la derecha. Todo es paz y silencio, con el sol al costado derecho, cuando caminamos por la mañana.

Se llega a Ures, y subimos atravesando el pueblo en cuesta, dejando a la izquierda la plazuela con su gran olmo y a la derecha la iglesia que muestra detalles románicos en los canecillos del muro norte.

Al fin, tras atravesar por un puente el arroyo de este valle, y entre huertas y arboledas densas, arribamos a la localidad de Pozancos, donde encontramos detalles curiosos, como su gran fuente ante el caserón noble, o la iglesia románica que tiene detalles similares a la catedral seguntina. También podemos acercarnos, por la calle de arriba, hasta el taller del Alfar del monte, donde están surgiendo, desde hace décadas, hermosas piezas de artesanía alfarera.

El regreso a Palazuelos es fácil, cuesta abajo todo el rato. El sol ya en la cabeza.

Palazuelos y el valle del Vadillo
Palazuelos y el valle del Vadillo

MARCHAMALO-FONTANAR

Salimos de la plaza mayor de Marchamalo, en la que dejamos el coche. Y arrancamos por la calle principal hacia el Canal del Henares, que seguiremos siempre en su orilla, haciendo el camino que supone recorrer una de las zonas planas del valle del Henares, entre las quebradillas que le escalonan. Se cruza a tres kilómetros de andadura el cauce del arroyo Zaide (que luego llaman de las Dueñas, cuando desemboca en el Henares junto al Cañal).

Se sigue el camino junto al Canal, no tiene pérdida. Dos kilómetros adelante vemos a la izquierda las leves huellas de lo que fue un poblado antiguo, San Martín del Campo, del que solo quedan algunos muros caídos. En este lugar, dicen algunos, estuvo la primitiva Arriaca de los romanos. A saber… seguimos recto y tras dejar a la izquierda la carretera CM-1008, moderna, encontramos en Fontanar, donde nos entretenemos en ver el caserío, la gran mole de la Casa Cartuja, que perteneció a los cartujos del Paular, y el parque con sus fuentes y restos de la vida antigua. Vuelta por el mismo sitio, sin prisas, hasta Marchamalo.

El Canal del Henares en Marchamalo
El Canal del Henares en Marchamalo

VALVERDE de los ARROYOS

Desde la plaza del pueblo serrano (considerado entre los pueblos más bonitos de España) Valverde de los Arroyos, en plena serranía del Ocejón, subimos a las eras, tan amplias, y desde allí, y señalado por un cartel, iniciamos el camino de subida hasta los saltos de agua que llaman “las Chorreras de Despeñalagua”.

Según dicen todos cuantos han subido por ese camino (y son ya muchos miles de personas los que lo han hecho) no es nada difícil. Porque primero es suave y ancho, luego se estrecha y va junto a un caz que ameniza con su sonoridad el viaje. A medio camino se complica algo más, porque las piedras que bajan en las tormentas por un torrente a veces complican el paso, pero después ya el último tramo, más elevado, es fácil, y la llegada ante la caída de las aguas, que se despeñan sobre unas rocas oscuras con caída superior a los 100 metros, recompensa de cualquier esfuerzo.

Hay que moverse con prudencia en el espacio estrecho que dejan las aguas, porque la zona es escurridiza. Los más arriesgados aún pueden subir, trepando, los costados de las Chorreras para mirarlas desde arriba, pero aquí confesamos que esa es proeza para jóvenes.

Todos bajamos luego, con paciencia también, pero con la alegría de haber visto uno de los parajes más bonitos de la provincia guadalajareña, por el mismo camino hasta las eras y la plaza de Valverde, donde aprovecharemos a ver su templo serrano, y a tomar algo en sus numerosos bares o curiosear por los comercios del entorno. La comida, incluso, y si es domingo reservando antes, se debe hacer en el propio pueblo.

Las Chorreras de Despeñalagua enValverde de los Arroyos
Las Chorreras de Despeñalagua enValverde de los Arroyos

Algunos libros

Hay un par de libros que te ayudarán a planificar tus #RutasporGuadalajara.

Si quieres hacerlas a pie, el «Rutas fáciles para conocer Guadalajara» de Rubio Valero y Ramos Martín te ayudará a planificar 20 rutas interesantes.

Si quieres ir a bordo de tu BTT, «Viaje a la Alcarria en BTT» de Lirón del Prado te posibilitará conocer en micro-detalle esta comarca.

AACHE Ediciones de Guadalajara