Tomellosa y su reciente crónica

Otro título que don Juan Manuel Abascal Colmenero, cronista de Tomellosa por dedicación exclusiva durante decenios, aporta para el conocimiento de la íntima y cotidiana vida de este pueblo alcarreño. Con un denso sumario de temas que abarcan especialmente las últimas décadas del siglo XX y las dos primeras del XXI. Con mil detalles y anécdotas que todos los que ahora viven en el pueblo o de el salieron, recuerdan seguro. Es esta, sin duda, la más genuina y plausible actividad de un Cronista Local: la anotación, documentación, exposición y recuerdo de cuantas cosas han ocurrido en el pueblo, buenas, malas y regulares, pero siempre con la participación de sus vecinos.

De Abascal puede destacarse su meticulosidad en la recogida de datos, y la elegancia con que los expone. Alcanzando notables niveles de emoción en sus lectores, cuando evoca personas, acontecimientos y aún lugares/entornos/edificios que han existido y luego desaparecieron.

Tras el Proemio del autor aparecen varios textos que resumen la actividad cultural y social de Tomellosa en las finales décadas del siglo XX y primeras del XX. Luego, el núcleo de la voluminosa obra está dedicado a recoger 52 artículos que el autor publicó en “La Quebrada” y que ofrecen noticias sobre esta localidad alcarreña de lo más variado, como datos sobre patrimonio artístico, fiestas de toros, aconteceres de personajes, datos sobre el molino, la fuente, el pósito, el ayuntamiento, las calles… a ello le sigue otro bloque de 27 “documentos” que muestran aspectos singulares de la villa.

Dice así Abascal en su Proemio: “Vamos a recordar en esta publicación los acontecimientos de mayor trascendencia de aquellos años que desgraciadamente no han vuelto a repetirse (se refiere a los de finales del siglo XX, en que Tomellosa vivió una continuada actividad cultural y social). Hablaremos de la creación de la Asociación de Amigos de Tomellosa, que dio vida al pueblo durante varios años; su intervención en la organización de muchas actividades como la cabalgata de Reyes, la construcción del polideportivo municipal, la creación de una sede social recuperando a su vez el edificio de las antiguas escuelas y, especialmente, su importantísimo papel en la unión de todos para llevar a cabo empresas comunes del pueblo. Con la incipiente Asociación, llegó la publicación de “La Barbacana”, escaparate de la vida local, y de su sucesora “La Quebrada”, en las que llegaron a participar periodistas de nivel nacional como Manu Leguineche”.

Como Tomellosa pertenece hoy al Ayuntamiento de Brihuega, Abascal dedica también algunos capítulos de su obra a diversos aspectos poco conocidos de la “capital de la lavanda”. Y, en fin, al terminar de leer, repasar y entretenerse con tantas imágenes, la mayoría a color, que el libro ofrece, los lectores quedan entusiasmados, pletóricos y nostágicos de tantas aventuras vivdas y aquí narradas y ya fijas en la memoria que sobre el papel impreso es donde mejor se sostiene.

Juan Manuel Abascal Colmenero, nacido en Tomellosa en 1930, es conocido de todos por su profesión de veterinario (Madrid, 1953) y su ejercicio como agente de Extensión Agraria y Jefe del Servicio de Cooperación y Desarrollo Agrario en la Delegación Provincial de la Consejería de Agricultura de Guadalajara hasta su jubilación en 1995. Desde siempre se ha dedicado a la ordenación y estudio del archivo municipal de Tomellosa, obteniendo de él una abundantísima documentación, que sabiamente analizada y expuesta, ha llegado a servir para dar vida a cuatro libros sucesivos, que son la obra de este autor, muy a tener en cuenta.

El primero se editó en 2005 y lleva por título “Tomellosa a la luz de su archivo”, y el segundo, de 2018, se tituló “Tomellosa, curiosidades históricas”. Ambos libros son ejemplo de indagación, moderación, pulcra escritura y sabias noticias. Imprescindibles para alcarreños (porque de más que de Tomellosa habla Abascal). Le ha seguido en 2019 el titulado “Tomellosa, su término municipal” magníficamente ilustrado con fotografías aéreas de la localidad, y ahora aparece esta Crónica Local de fin de siglo.

La figura de Juan Manuel Abascal Colmenero, de profesión veterinario, de actividad funcionario en la Agencia de Extensión Agraria, y de cordialidad extrema y asegurada en lo personal y vital, no había sido suficientemente valorada hasta ahora. Abascal es ejemplo de alcarreñismo militante, manteniendo su vivienda en el pueblo donde nació, acudiendo siempre que puede a ella, participando en las actividades de la villa, e indagando continuamente en el archivo municipal, en toda la bibliografía a su alcance, preguntando y recordando…