Guía de Campo de los Castillos de Guadalajara

Llega la tercera edición de esta obra imprescindible. Con una puesta al día de edificios e historias. Con la triste evidencia de que muchos de estos castillos guadalajareños se van deteriorando, y alguno incluso ha desaparecido, desde la edición anterior. Tiene que servir, entonces, no solo de guía para el viajero, sino de pregón y aviso ante la ineludible responsabilidad de quienes deben cuidar de nuestro patrimonio.

El clásico estudio de Herrera Casado, que con su trabajo complementa el originario y capital de Layna Serrano, ofrece al lector de hoy una guía completa para conocer estos edificios, sentir su poder y su magia, y saber de sus estructuras, de sus formas, de sus personajes, y sobre todo de la forma de acceder a ellos, de llegar, de visitarlos.

La obra se inicia con un preámbulo, un estudio de formas y aspectos, de su situación, de sus funciones y de la propiedad que los vigila y mantiene. La clasificación se hace, como este autor nos tiene acostumbrados, por una razón geográfica esencial y de peso: por las cuencas hidrográficas, los valles y ríos que esos mismos castillos defendían, junto a puentes, sobre atalayas. En ese sentido, con cinco los grandes capítulos o rutas en que se divide el libro: la cuenca del Jarama, la del Henares, la del Tajuña y la del Tajo, dejando el quinto capítulo destinado al estudio y visita de los castillos del Señorío de Molina, que a su vez tienen dos apartados: los alcázares capitalinos, y los de frontera.

Un buen puñado de coloridas “páginas monográficas” nos dan visiones castilleras desde distintos aspectos y curiosidades. Y así el autor nos indica datos sobre: 1. Castillos mendocinos; 2. Castillos de obispos; 3. Castillos de moros; 4. Personajes en castillos; 5. Estructura de castillos; 6. Arte en los castillos, y 7. Castillos desaparecidos. Todo ello en cumplida y útil aportación de datos que serán útiles a viajeros y estudiosos, y que permitirán en el futuro la mejor defensa de estos edificios patrimoniales, que es la razón más importante de nuestra actitud cotidiana.