Los cronistas locales, figuras a tener en cuenta

No es la de Guadalajara provincia abundante de cronistas. Tiene pocos, aunque los tiene buenos. Recientemente se han agrupado en una Asociación Provincial [de Cronistas Oficiales] que intentará dar relieve a su actividad.

En Guadalajara, y desde la segunda mitad del siglo XIX ha existido la figura del Cronista Provincial, heredero (en teoría) de los cargos reales de anotar la secuencia de los reinados y los sucesos de la nación. Fue a partir de la segunda mitad del siglo XX que aparecieron las figuras de los cronistas locales, de las villas y ciudades, al objeto de estudiar sus historias particulares, de defender sus esencias culturales y animar a la gente del lugar a interesarse por esa historia y la defensa de su patrimonio y costumbres.

marchamalo cronistas de humanes

En estos momentos hay quince cronistas en Guadalajara. Son muy pocos, estimando en más de 300 los núcleos habitacionales poblados. Sería lógico que se aumentara su número y se les diera más relieve y capacidad de acción en el tema, tan importante siempre, o, mejor dicho, cada vez más importante, de guardar la memoria histórica (a pesar de la redundancia expresiva) y de estudiar, divulgar, proteger el patrimonio y el costumbrismo.

En los albores del siglo XXI, dejar esa tarea en manos de 15 personas parece un tanto peligroso. No porque no lo sepan hacer, sino porque son insuficientes. Hay que aumentar su número, y eso solo se puede hacer desde las instancias oficiales, desde los propios municipios.

Actualmente se encargan de ejercer las funciones de cronistas locales las siguientes personas: Pilar Martínez Taboada, cronista de la ciudad de Sigüenza, y José Antonio Suárez de Puga Sánchez, cronista de la ciudad de Guadalajara. En las villas, aparecen Juan Enrique Ablanque Oliveros en la de Marchamalo, Francisco Lozano Gamo, junto a Antonio Marchamalo Sánchez y Miguel Marchamalo Maín, en las de Humanes, Cerezo y Razbona, y el primero de ellos en Robledillo de Mohernando. Para la villa de Cifuentes es cronista Fernando Bermejo Batanero, y para la de Sacedón María Jesús Moya Benito y Jesús Mercado Blanco. En Fuentelahiguera de Albatages es Luis Antonio Martínez Gómez quien ejerce de cronista porque se lo sabe todo de ese pueblo, y en Chiloeches son Braulio Montesinos Hernández y Aúrea Cascajero Garcés por sus estudios sobre la población.
Todavía hay que recordar las figuras de Juan Manuel Tieso de Andrés en Fontanar, y de Aurelio García López en Yebes. Más la de Antonio Herrera Casado, como Cronista Provincial, el más veterano en las lides, pues fue designado para el cargo en el año 1973.

Cabría recordar, por lo reciente de su fallecimiento, y la gran labor que en sus respectivos puestos realizaron, los nombres de José Ramón López de los Mozos, cronista de la Villa de Maranchón; de José Luis García de Paz, en Tendilla; de Juan Luis Francos Brea, en la de Horche, y Pedro Pérez Fuertes, en la ciudad de Molina.

Sin olvidar los nombres, ya gloriosos, de José Antonio Ochaita en Guadalajara y Jadraque, de Juan Antonio Martínez Gómez-Gordo, en Sigüenza, y de Francisco Layna Serrano, en toda la provincia de Guadalajara.

Los cronistas de Guadalajara son el eje de la cultura en nuestros pueblos

Cabe ahora pedir que pronto ejerzan sus funciones (unas funciones que de un modo u otro ya están haciendo) escritores y escritoras que se ocupan de recuperar la historia de la villa y sus gentes en Atienza, en Valverde de los Arroyos, en Tartanedo o en Alustante (por poner solamente algunos ejemplos de lo mucho que está en perspectiva).
En todo caso, un brindis por esta Asociación que ahora nace, y un agradecimiento y buen ánimo a esos cronistas que ya ejercen, sirviendo de espejo a los que están por venir.