El castillo de Peñarroya

En 1215 fue donado este castillo por el rey en recompensa a los favores obtenidos durante la reconquista a una de las órdenes militares extranjeras que más posesiones tuvieron durante la Edad Media en España: La Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, quienes a raíz de estas donaciones obtuvieron un extenso territorio, con abundantes castillos que les proporcionarían pingües beneficios en impuestos y un gran poder sobre un vasto territorio.

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Uno de estos castillos es el de Peñarroya, que se encuentra situado a 11 km. de Argamasilla de Alba, al borde de la carretera que lleva a Ruidera, encima de un acantilado sobre la presa del pantano del mismo nombre, albergando en su interior el Santuario de la Virgen de Peñarroya, patrona de Argamasilla y La Solana.

Esta fortaleza, levantada entre los siglos XIII y XIV es una fortaleza cristinana que sufrió a lo largo de siglos varias reformas. Se conserva todo el frente de la fortaleza, con forma poligonal, cuyos extremos coinciden con el acantilado sobre el río, lo que le da un aspecto defensivo enorme.

Posee un gran foso alrededor suyo, excavado en la misma roca, de 9 a 15 metros de anchura, que delimita el paso hacia el primer recinto de numerosas almenas, que también cuenta con tres torres huecas provistas de saeteras y troneras, y que en conjunto forman el antemuro, de forma poligonal que con 1’60 de grosor, 4 m de altura y 70 m de longitud, conforman el primer recinto defensivo del castillo.

Junto a la torre menor en altura y consistencia, se extiende el antemuro, que se puede atravesar por un portillo, aunque también se puede llegar a dicho antemuro, por la portada principal, en codo, que bordea la magnifica Torre del Homenaje.

A partir de aquí se extiende la liza, que, con 6 m. de anchura, de un recinto a otro, se asemeja a un río caudaloso que separa el muro exterior del antemuro. Este espacio se encuentra dominado por las murallas principales, que atravesadas por sus extremos, por el este bajo la torre semicircular albarrana, penetrando en el gran patio del castillo por el oeste, junto a la torre del homenaje, para llegar al patio pequeño la capilla construida tras los muros.

Las murallas principales tienen alrededor de 80m de longitud, por 2’50 de grosor y 1Om. de altura. En algunas zonas se conserva hasta el adarve con algunas almenas.

La torre del homenaje de forma rectangular, ocupa una superficie de 120 m2, con tres plantas, llegándose por ella la camino de ronda a través de un arco en la entrada principal. De la capilla y el aljibe, apenas nos quedan restos, así como de la pequeña muralla que cerraba el recinto.

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De este y otros muchos castillos, hay suficientes noticias en el libro que escribió Antonio Herrera “Castillos y fortalezas de Castilla-La Mancha” que ha sido muy utilizado como fuente general de información sobre este tema. Verlo y adquirirlo AQUÍ.

Castillos y Fortalezas de Guadalajara